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Va de bo

La escuela para suceder a Martínez

LA ESCUELA PARA SUCEDER A MARTINEZ

Cuando el Joc a Llargues dominaba las calles de los pueblos valencianos se anunciaban como saques a Patilla de Alaquàs, a Jerónimo de Navarrés, a Rondán de Benissa o a Mariano de S. Vicent. Los duelos entre los pelotaris de l’ Horta y de La Marina atraían a masas de aficionados. Tras largos años de decadencia, la modalidad se sostuvo en muy pocos pueblos. En l’ Horta destacaba Alfara del Patriarca, con su torneo decano al que, en los años 60, acudían los mejores profesionales con especial recuerdo a las exhibiciones de Ruiz o a los saques del Xurro de Mislata. A partir de los años 80 se vivió una recuperación que no ha parado de crecer gracias a las competiciones federativas que dieron oportunidad a estructurar clubes, a consolidar la presencia en muchas calles de apasionantes partidas. Fueron los tiempos de Tonico de Murla, o el Pato de Orba. El de Murla llegó a participar y ganar en el Torneo Cinco Naciones. Del mismo pueblo surgió un digno sucesor: Jan, el mismo que ahora disfruta de ver triunfar a su hijo Marc, en calles y trinquetes, como un profesional con mucha proyección. Junto a Jan surgieron las figuras de Martínez de El Campello y Malia de La Vall de Laguart. Posteriormente irrumpió con su revolucionario saque Álvaro de Tibi. Todos ellos llegaron a las cumbres internacionales conquistando europeos y mundiales en la más antigua de las modalidades de la CIJB. El saque es jugada decisiva en esta especialidad. Y de ahí que desde la Federació se instara, con la ayuda de la Diputació d’ Alacant, a crear una Escola de Banques, y se eligiera al más laureado de los saques valencianos: Martinez de El Campello, el mismo que, junto al joven José Luis de Benidorm, condujera a la selección valenciana a recuperar el cetro mundial de la especialidad en una apasionante final frente a Bélgica disputada ante 3.000 espectadores en Pasto (Colombia). La palabra «Banca» se refiere al taburete de tres patas que se utilizaba antiguamente a la hora de ejecutar el saque, lanzando la pelota sobre su superficie. En las tierras vascas se sigue gastando con el nombre de «botillo». Y de «botillo» surge el «botillero» de los frontones profesionales, el aficionado o técnico sobre el que se apoya anímicamente el pelotari que afronta el manomanista figura que cuando se jugaba en las plazas y se ubicaba junto a la «banqueta» o «botillo».

Ya se ha abierto el plazo de inscripción a esta escuela que dirige el gran Martínez. Serán 30 sesiones de entrenamiento repartidas en diferentes comarcas alicantinas. Localidades como Parcent, Beniarbeig, Xaló, Laguart, El Campello, Benimagrell, Agost, Tibi, Muro de Alcoi y Crevillent acogerán sesiones. Espacios y calles diferentes porque así es esta especialidad que sigue sosteniéndose en las calles públicas, como lugar heredado de la antigüedad. El trabajo de plantar estas semillas verá sus frutos en el futuro para que la más antigua modalidad del Joc de Pilota, la que se jugaba en pueblos de toda España, de toda Francia, de toda Italia, Bélgica y Holanda; la que se fusionó con los juegos prehispánicos en las montañas de la sierra Madre y de los Andes, siga teniendo en los pelotaris con sangre valenciana a dignos sucesores de aquellos que marcaron épocas, que quedaron grabados en la memoria colectiva de los aficionados y cuya fama ha traspasado generaciones.

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