El día se hizo largo para todos los aficionados del Levante que esperaban desde primera hora del día a que llegara el encuentro. Las nueve de la noche era el momento importante, pero el duelo se comenzó a jugar mucho antes. Ya por la mañana el club colgó unas camisetas gigantes a modo de lona de arriba a abajo con el número 12 y la palabra ‘afición’. Ya horas más tarde, mientras el autobús encaraba la recta hacia el párking del estadio, llegaba otro de esos escenarios que ponen los pelos de punta. Que demostraban que lo que había en juego era muy grande y es que, muchos aficiones acudieron a las puertas del Ciutat de València para hacer un recibimiento a la altura de lo que se iba a jugar una hora después.

Con distancia de seguridad y cumpliendo con todos los protocolos, el recibimiento espontáneo y sin ningún tipo de organización previa hizo que los futbolistas entraran ya en el partido. Les metió una dosis extra de intensidad para el calentamiento y para esos minutos iniciales en los que el equipo tenía que salir muy concentrado y con la mente puesta en no encajar goles pronto. Morales, Roger, Aitor... todos estaban metidos en un encuentro que a las 21:00 no jugó solo el equipo, sino apoyado por miles de almas. Algunas de ellas a las puertas del Ciutat de València.