La española Carolina Marín añadió el Abierto de Suiza a su palmarés tras derrotar por 21-12 y 21-5 a la india Pusarla V. Sindhu, en un partido que reeditó la final olímpica de los Juegos de Río de Janeiro de 2016.

El desenlace fue el mismo que entonces. La onubense se llevó el triunfo y alzó el título. Lo hizo con menos suspense. En apenas 35 minutos. Brilló por su dinamismo, su jerarquía y su acierto en los ataques, en línea con lo ofrecido en la gira que abrió el año en Tailandia.

"Has fallado muy poco", le premió uno de sus entrenadores, Anders Thomsen.

De Bangkok la onubense se retiró con dos títulos y un subcampeonato, en las Finales del Circuito Mundial. De Basilea se marcha por tercera vez en lo que va de 2021 con la corona de vencedora.

Ante la rusa Natalia Perminova (21-8 y 21-10), la danesa Julie Jakobsen (21-11 y 21-19), la estadounidense Beiwen Zhang (21-13 y 21-13) y la tailandesa Pornpawee Chochuwong (21-15, 20-22 y 21-19), en las rondas precedentes, ya había dejado entrever su deseo de añadir el Abierto de Suiza a su palmarés.

En la final, ante Pusarla V. Sindhu, certificó su dominio. Por 9-5 manda ahora en el cara a cara ante la india.

Los primeros compases de la final fueron igualados, pero Carolina Marín rompió la primera manga cuando solicitó la revisión del decimoctavo punto. De un probable 9-9 se pasó a un favorable 10-8 -su volante fue bueno, cayó sobre la misma línea- que desató su furia.

Como una araña, fue tejiendo golpe a golpe los puntos necesarios para llevarse la victoria parcial. 21-12, en apenas 20 minutos.

Mantuvo la misma línea en el segundo juego, que se anotó con un concluyente 21-5 para llevarse el trofeo.

"Me he sentido muy bien", confesó a pie de pista.

De éxito en éxito, la española prosigue su camino hacia los Juegos del próximo verano en Tokio, donde aspira a convertirse en la mejor jugadora de bádminton de la historia tras haber conseguido ya un título olímpico, tres títulos mundiales y cuatro títulos europeos.

La andaluza continúa, de paso, embolsándose valiosos puntos en el desafío de ser una de las cuatro cabezas de serie en el torneo olímpico, lo que parecía extremadamente difícil cuando se lesionó de gravedad en la rodilla derecha. No hay imposibles para Carolina Marín.