La aparición en escena del príncipe de Johor, que ha proclamado en redes sociales su próxima llegada al Valencia CF sin especificar si en calidad de socio capitalista o de gestor, no variará los planes de ‘Libertad VCF’. La asociación, con el 1% de acciones registradas para «fiscalizar» la actuación de Peter Lim al frente del club, sigue trabajando para reunir el 5% y en la futura democratización del accionariado para evitar «el mercadeo entre millonarios». Además, ha anunciado que, «en el ejercicio de su actividad de fiscalización» de Meriton en la gestión del Valencia, «ha interpuesto una reclamación ante el Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas por posibles irregularidades en las cuentas anuales y la actuación del auditor».

Este es un extracto del comunicado emitido: «La Asociación Libertad VCF desea incidir en que su finalidad es tanto la fiscalización de la gestión realizada por el máximo accionista así como avanzar en la futura democratización del Valencia Club de Fútbol. En este sentido, lamentamos y mostramos nuestra oposición a cualquier venta de acciones o acuerdo societario que no vaya encaminado a la necesaria democratización del club», indica.

Libertad VCF afirma que seguirá «atentamente cualquier movimiento que realice el máximo accionista, Peter Lim, ya sea individual o conjuntamente con cualquier socio o gestor con el que prosiga la administración del Valencia. Hasta la fecha se ha agrupado más de un 1% de acciones que permite impugnar acuerdos del consejo de administración o de la junta general de accionista que vayan en contra de los intereses del club y de todos los agrupados. El accionista minoritario ya ha vivido este menoscabo de sus derechos, hay múltiples ejemplos, el deterioro del valor de sus acciones, el no acceso de los medios a las Juntas de accionistas, la pérdida de identidad valenciana en el Consejo, los sueldos desproporcionados de la alta dirección de la entidad, el incremento del número de acciones para acudir a la Junta. El Valencia no es de nadie más que de sus afición, que merece profundo respeto, ganado por las generaciones que nos han llevado a ser quienes somos con esfuerzo y pasión, ahora ignorados y despreciados por sus rectores en connivencia con el máximo accionista».