La Fundació de la Comunitat Valenciana per la Pilota Valenciana (Funpival) mostró ayer, de forma serena pero rotunda, su oposición a que se incluya el histórico Trinquet de Pelayo dentro del área geográfica del futuro Barrio Chino (Chinatown) de València. El presidente de esta institución deportiva Pepe Cataluña señaló a Levante-EMV que la Catedral del deporte autóctono, el trinquet de Pelayo, -«el recinto deportivo más antiguo de toda Europa pues funciona de manera ininterrumpida desde hace más de 150 años»-, no puede quedar enmarcado en un enclave urbano asociado con la cultura china porque podría «desnaturalizarse» su caracter de referente cultural para el pueblo valenciano.

Pepe Cataluña se refirió a la ubicación de uno de los dos arcos chinos -en concreto, el que se instalaría en el cruce de la calle Xàtiva con Pelayo- y demandó que se desplace su emplazamiento «unos metros más allá», de forma que el Trinquet no quede situado en el futuro Chinatown valenciano. Cataluña se mostró respetuoso con el proceso participativo abierto por el Ayuntamiento de València para financiar una serie de inversiones que proponen los ciudadanos, pero remarcó que la colocación de estos 2 arcos orientales choca de lleno «con el proyecto cultural y deportivo que estamos desarrollando desde la Fundació». Este plan eleva el Trinquet a la condición de «centro cultural donde se hacen presentaciones de libros y se proyectarán audiovisuales e incluso habrá obras de teatro». E incluye, relata el presidente «convertir en peatonal la calle Pelayo, instalar en ella 4 o 5 estatuas de grandes jugadores de pilota e integrar el Trinquet, dentro de un área temática de la pilota, -un pequeño parque temático-, que pretendemos que se convierta en un reclamo turístico de la ciudad además de en un proyecto de divulgación enfocado a los colegios y otros colectivos civícos valencianos».

«En octubre del año pasado - apuntó Pepe Cataluña-, los responsables de la Fundació nos reunimos con el alcalde Joan Ribó y les trasladamos nuestro proyecto con una ruta deportivo-cultural que acabaría en el recinto». El alcalde -según su relato- lo acogió de forma entusiasta pero ahora «nos encontramos con esta otra propuesta -enmarcada en los presupuestos participativos- que nos hace que le pidamos a la alcaldía que abramos un espacio de diálogo» para ver cómo se puede encajar este símbolo deportivo y cultural, Pelayo, con la pretensión de un grupo de vecinos de València de colocar estos pórticos orientales en esta zona del distrito de Extramurs.

La Fundació de la Pilota solicitó a Ribó «abrir conversaciones para poder aportar por nuestra parte las motivaciones que nos llevan, todo desde el mayor respecto a todas las culturas del mundo, a oponernos a un proyecto que creemos desnaturalizaría la consideración de un emblema de la cultura valenciana», subraya la entidad en un comunicado.

«Respetamos totalmente el proceso llevado a cabo para consultar las inversiones del Ayuntamiento, -indicó en la misma nota informativa esta institución- pero en este caso creemos que merecemos una sosegada reflexión ante el proyecto de instalar unos arcos chinos que pretenden “dotar de una identidad cultural propia al barrio de Pelayo».

La Catedral de la Escala i Corda abrió sus puertas el 20 de agosto de 1868. En la actualidad, lo gestiona el empresario José Luis López en virtud de un convenio con la Fundació de la Pilota Valenciana.

En esta última época, se ha reactivado como foco deportivo, cultural e incluso gastronómico, gracias a la apertura de un gastrobar con una innovadora y sorprendente cocina.