El Levante no perdía dos partidos consecutivos desde hace seis meses, en concreto desde octubre de 2020, cuando llegó a perder consecutivamente contra el Sevilla (1-0), Real Madrid (0-2) y Athletic Club (1-0), aunque aquella mala racha provocó la reacción del equipo de Paco López, ya que posteriormente enlazó cinco empates y una victoria ante el Getafe (3-0) que supuso el punto de inflexión en la temporada. De hecho, el conjunto granota había perdido únicamente tres partidos en la Liga entre finales de octubre de 2020 y marzo de 2021. Barcelona, Osasuna y Villarreal fueron sus verdugos en la que fue la mejor época de la campaña, la que coincidió con el acceso a las semifinales de Copa. Precisamente ha sido tras quedarse a las puertas de la final cuando se han encadenado los peores resultados con tres derrotas en cuatro encuentros.

El Levante ha perdido el tren de los puestos europeos casi definitivamente con las derrotas consecutivas ante Betis y Huesca, dos jornadas sin sumar con las que el balance desde el final del sueño copero es de tres puntos sobre 12. La victoria en el Derbi ha sido la única excepción en esta dinámica de resultados que ha deparado dos de los peores partidos de la temporada, el del pasado viernes y el del Real Arena. Los mensajes que han salido de dentro en las últimas semanas a medio camino entre la realidad y el conformismo en lugar de por la ambición han terminado por convertirse en una coartada no para la falta de actitud en el campo pero sí para la relajación que en líneas generales ha afectado al equipo. Sin embargo, más allá de la falta de acierto, de los errores, de las ausencias por lesión y de los atenuantes del calendario internacional con Dani Gómez y sobre todo Bardhi, la lectura futbolística es que esta mala racha ha coincidido con la renuncia al 1-4-4-2 en el que se basa la identidad de juego granota y que es el sistema que mejores resultados ha dado a lo largo de esta temporada.

Los datos estadísticos demuestran que Paco López estaba en lo cierto cuando descartó que el motivo de la derrota fuese la falta de actitud o compromiso. El Levante corrió dos kilómetros más que el Huesca