El Valencia Basket puso fin a su mala dinámica de cuatro derrotas consecutivas en la Liga Endesa en la pista del Casademont Zaragoza. Un encuentro en el que los valencianos mostraron buenas sensaciones y una solidez que fue la que en los últimos tres minutos les acabó proporcionando el triunfo. Inyección de moral, por tanto, mientras en la Euroliga se espera al ‘milagro’ de que el Panathinaikos sea capaz de ganr en San Petersburgo y así entrar en el Top-8.

Arrancó el choque con ambos conjuntos metidos, iminimizando errores y conscientes de la dificultad del encuentro. La igualdad era máxima y también el intercambio de canastas (9-10; min. 5). Fueron los locales, sin embargo, los que instauraron una primera renta peligrosa con un parcial de 9-2 liderados por Ennis y Sulaimon en el perímetro, y el extaronja Tryggvi Hlinason en la pintura (18-12; min. 7).

El tiempo muerto de la tele le vino de lujo a Jaume Ponsarnau para realizar los oportunos ajustes y con la entrada de hombres como Vives y Prepelic -antes lo había hecho Dubljevic- devolver el golpe al cuadro aragonés para cerrar en tablas el primer acto (21-21; min. 10).

Arrancó el segundo cuarto con cinco puntos consecutivos de Benzing, a los que los valencianos reaccionaron de inmediato con un parcial de 0-7 tras las canastas de Prepelic, Marinkovic y San Emeterio (26-31; min. 13). Parecía que el Valencia Basket podía poner tierra de por medio, pero nada más lejos de la realidad. Los errores de Dubljevic y varias buenas acciones de Ennis, Hlinason y Wiley pusieron de nuevo al Zaragoza por delante (35-34; min. 17). Había que ponerle una marcha más al encuentro, y el Valencia Basket lo hizo en el tramo final del cuarto. Esa intensidad se tradujo, tras un 2+1 de Sastre casi sobre la bocina, en una ventaja más que interesante al descanso (38-45; min. 20). La máxima hasta ese momento.

Tras el paso por los vestuarios Kalinic y Derrick Williams todavía la ampliaron un poco más hasta los 11 puntos (38-49; min. 22). Volvió a sacar el orgullo el equipo aragonés a los mandos de otro ex del Valencia Basket, Rodrigo San Miguel, para evitar que los suyos le perdieran la cara al encuentro (45-49; min. 23). Pese a ello, eran los de Ponsarnau los que mostraban mejores sensaciones y una solidez que poco a poco daba de nuevo sus frutos. Y más cuando Klemen Prepelic comenzó a ver aro desde el 6,75 (51-64; min. 28). Trece puntos de renta que el Casademont Zaragoza supo salvar dejándolos en siete antes de llegar al cuarto definitivo (57-64; min. 30). El Valencia Basket no estaba dispuesto a permitir más concesiones, e hizo buena esa renta en los minutos posteriores (66-74;min. 35).

El partido daba la sensación de estar controlado, hasta que entró en escena Nicolás Brussino. Los minutos de inspiración del escolta argentino inyectaron una vida extra a los locales y cambiaron el encuentro por completo. Hasta el punto de igualar la balanza en el electrónico (74-74; min. 37). Había que ponerse el mono de trabajo, y el Valencia Basket lo hizo para ganar el partido desde la defensa con un parcial final de 2-11 (76-85). Por otra parte, la victoria significó que el capitán Bojan Dubljevic se convirtiera ayer en el tercer jugador en alcanzar la cifra de 500 partidos disputados como taronja. El pívot montenegrino disputó su encuentro 294 en la Liga Endesa, que se suman a los 187 partidos en Europa, 15 en Copa y 4 de Supercopa.