El entonces conseller Tarancón, tristemente fallecido, anunciaba a lo grande la construcción en 122 colegios e institutos de instalaciones para la práctica de la pilota valenciana. El conseller de Borriana, que era admirador de Rovellet en sus pinitos como cronista de pilota dio la explicación irrebatible: «Hace años nos metieron el baloncesto en las escuelas, así es que ahora meteremos la pilota». Fue una corriente de esperanza que llevaría la pelota valenciana a la juventud de todas las comarcas…y que supondría un efecto multiplicador: escuelas taller, para elaboración de pelotas; inversión pública en construcciones; formación del profesorado con cursos que serían ofrecidos por la propia Conselleria, elaboración de unidades didácticas para los profesionales de la docencia en educación física… Y además, un futuro para muchos profesionales que tendrían en estas escuelas e institutos una salida digna como especialistas al servicio de la red escolar valenciana. Sin duda el proyecto más ambicioso jamás imaginado. Nuestro diario publicaba las previsiones de construcciones para el 2002, una larga lista de poblaciones de todas las comarcas de Alacant, Valencia y Castelló. El titular de la noticia no podía ser más expresivo: «No puede ser un sueño…»

EL SUEÑO ROTO DE LOS MINITRINQUETES

La decepción se fue apoderando poco a poco. Empezamos por las deficiencias en muchas de las construcciones, sin que desde la Federació pudiera hacerse nada porque era responsabilidad de la empresa contratada por la consellería , Ciegsa, que apenas atendía razones. La cifra de construcciones fue muy inferior a lo prometido sin que se sepan muy bien las razones aunque hay que pensar que fueran económicas, pero lo peor de todo, lo más decepcionante: el abandono de las construidas, convertidas en muchos casos en almacén de trastos sin que el profesorado responsable del área correspondiente mostrara interés alguno por este deporte. Actualmente hay un ambicioso programa: Pilota a l’ Escola que aporta al menos un conocimiento mínimo de la realidad de la pilota valenciana entre aquellos centros escolares y docentes mínimamente interesados. Un programa que ha ido creciendo en el tiempo y que en algunos casos hace uso de estas instalaciones de manera esporádica.

Aquel sueño se rompió. La foto que acompaña esta información simboliza el uso de una instalación en un centro escolar de Manises. El minifrontón se llena de tacos para escalada sin que nunca jamás en veinte años y es de suponer que han pasado profesores diversos, haya sentido el calor del juego de pelota entre las manos de los niños. ¿Cuántas instalaciones hay desaprovechadas?

Si un sueño tan ambicioso sólo se ha cumplido en una ínfima realidad habrá que girar la vista hacia estructuras mínimamente consolidadas como son los clubes que pueden y deben convertirse en generadores de nuevos practicantes a través de sus escuelas, debidamente apoyadas por el municipalismo y por programas específicos de la Administración.