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Va de bo

Los clubes, primavera eterna de la pilota

Citados en Montserrat, la lluvia les obligó a trasladarse a Godelleta, otros 17 kilómetros para jugar en cancha cubierta, cuidada, preciosa. Godelleta, a la que el maestro Lorenzo Millo hace muchos años calificó como la Covadonga de la Galotxa por ser el último de los reductos donde de manera regular se mantuvo esta modalidad, acogía las finales de los Juegos Deportivos Escolares de la Comunitat Valenciana. Se juntaron las mejores canteras de los mejores clubes, aquellos que las cuidan, las miman, gracias a directivos implicados, a monitores concienciados, cumplidores y motivadores. Y sobre todo a padres y madres que han sabido transmitir a sus hijos el amor por el deporte de nuestros antepasados. Son los clubes el alma eterna de nuestro deporte, los que garantizan la continuidad. Lo hacen desde la generosidad, sin nada a cambio, ni siquiera sin la mínima cobertura mediática que su potencial y su trabajo merecen. Han participado más de quinientos chavales en un esfuerzo organizativo que asume la Federació de Pilota. Lo hacen recorriendo cientos de kilómetros pues se citaron jóvenes pelotaris desde Beniarbeig a Onda para disfrutar de un espectáculo apasionante, en una modalidad dinámica, atractiva, en la que el pelotari no descansa en el quinze y que para ser campeón puede utilizar todo el potencial de sus brazos, y ver voleas que recorren más de setenta metros para colgarse en las galerías entre cerradas ovaciones. Eso lo vimos ayer en chavales de edad juvenil.

Las finales de los Juegos Deportivos, a nivel autonómico, mostraron el nivel que algunos de sus protagonistas alcanzarán muy pronto entre los mejores profesionales de este deporte. Y será así, gracias a este trabajo anónimo, callado, silenciado de tanta gente. Vimos futuro en golpes mágicos de la mayoría de sus protagonistas. Vimos los ánimos de los compañeros de club, de sus paisanos en esa simbiosis de identidad que se cultiva en el seno de los clubes. Vimos a futuros internacionales con la Selección Valenciana. Vimos la hermosa primavera que anida en el espíritu de dirigentes locales. Vimos a los empleados federativos, al vicepresidente de la modalidad que era el marxaor, pues aquí se trata de arrimar el hombro en cualquier necesidad. Si hubiera sido necesario, hubiera cogido una escoba. Y vimos cómo el concejal de deportes del pueblo, José Mondragón, tuvo el detalle de suspender una comida para estar presente en la fiesta que, de manera improvisada, se había montado en su pueblo, en esa preciosa cancha que tantos eventos ha acogido y que ayer disfrutó con este hermoso plantel que garantiza el porvenir de la modalidad y del conjunto de la pilota valenciana.Tomen nota de estos nombres que ayer brillaron de una manera especial: Diego de Onda,potencia con las dos manos, elegancia y valentía, del estilo de De la Vega, que llevó a su equipo a derrotar en la final a la formación de La Pobla de Vallbona, con un Quique de primer nivel; Alejandro de Montserrat un portento de pegada y calidad; Joan de Beniarbeig, que demuestra capacidad de adaptación a cualquier modalidad. Muy atentos a la escuela de Moixent, con pelotaris de mucha calidad. No se olviden de Saúl. Ni del benjamín Germán, de Meliana, una delicia con solo ocho añitos. Una fiesta, la de ayer en Godelleta, que reconforta y anima.

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