River Plate firmó otra hazaña futbolística que, esta vez, ronda lo inverosímil. Con el exfutbolista del Valencia CF Enzo Pérez, centrocampista nato, como portero y sin suplentes derrotó 2-1 a Independiente Santa Fe. Anotó dos goles convertidos en cinco minutos y con esta victoriua se colocó como líder del Grupo D de la Copa Libertadores de América de fútbol. «El triunfo más increíble de la era (Marcelo) Gallardo», señaló el diario deportivo Olé.

A los 35 años, Enzo Pérez suma otra vez su nombre a la historia del deporte más popular de la Argentina. Había disputado una final de la Copa del Mundo ante Alemania, en 2014. También vistió la casaca del Valencia y con Estudiantes de La Plata, peleó hasta el último minuto ante el Barcelona aquella copa mundial de clubes que Leo Messi definió con un gol de pecho. Lo que nunca había imaginado es que, sobre el fin de su exitosa carrera, tendría que ocupar el puesto de portero. La pandemia ha dejado al equipo sin jugadores en ese puesto y, aunque Pérez arrastra una distensión en el isquiotibial derecho, el entrenador decidió que se ubicara debajo de los tres palos frente a los colombianos. Y Enzo Pérez respondió cada vez que fue exigido.

Cuando terminó el partido, salió corriendo a abrazarse con Gallardo. «Todavía no caigo en todo lo que hemos pasado», dijo el portero improvisado. «Demostramos nuevamente el grupo y la clase de personas que somos cada uno de nosotros». Ubaldo Matildo Fillol es considerado el más grande portero argentino de todos los tiempos. Campeón del mundo en 1978, el «Pato» descolló en River y, desde su estatura de ídolo indiscutible, no dudó en asegura que Pérez ha entrado en la historia del club por la puerta más insospechada. «Se ve que le gusta atajar, pero hay que tener un coraje y un sentido de pertenencia tremendo para hacer ese esfuerzo espectacular. Es muy difícil»,

River tuvo que enfrentar el compromiso internacional con 20 bajas por un brote de la covid-19. La federación sudamericana (Conmebol) le negó sustituir con juveniles a los porteros del equipo profesional. «Una situación surrealista», dijo el diario La Nación, y recordó que hace 112 años, durante un partido de la liga local, por entonces amateur, el equipo de la banda roja enfrentó una situación similar durante un partido que ganaba por goleada a Argentino de Quilmes.

«Nos convencimos de lograr algo muy adverso», dijo Gallardo, tras el partido. «Quiero destacar el corazón que pusieron los futbolistas que jugaron. Estamos muy contentos y emocionados por lo que se logró. No era normal jugar en las condiciones que lo hicimos. Le sacamos una sonrisa a la gente en una noche mágica». Gallardo volvió a demostrar que es un entrenador único. Tras el milagro de la noche del miércoles volvieron a augurarle un pronto destino en el fútbol europeo de elite.