El mundo del kitesurf está conmocionado por la muerte, el pasado domingo, de Pablo Durán, un cántabro afincado en Lanzarote que sufrió una caída contra unas rocas en Playa de Famara, lo que provocó heridas incompatibles con la vida.

De 32 años de edad, Durán era natural de Santander aunque tenía su residencia en la isla conejera desde hacía un año, según informó ayer el periódico digital La Voz de Lanzarote. Su amigo José María, con quién solía acudir a practicar este deporte, señaló que era «una persona muy alegre y muy sociable».

El propio José María acudió antes de ayer a la citada playa, aunque un poco más tarde que Pablo, para la práctica del kitesurf, encontrándose a su llegada con los servicios sanitarios atendiendo a su amigo. «Cuando llegué y vi la ambulancia, me esperaba lo peor y efectivamente había sido él», señaló.

Ignacio Herrero, otro kitesurfista de Lanzarote y que conocía a Pablo de vista, apuntó: «Es una pena que haya pasado esto». Sobre el accidente, que se produjo en una zona de rocas contra la que se precipitó el fallecido tras ser arrastrado por un golpe de viento, señaló: «Igual le vino alguna racha mala, porque la verdad es que el viento ayer, y perdón por la expresión, estaba cabrón. Hay días que el viento es fuerte pero es noble, pero ayer estaba mareable, iba para un lado, para otro...».

El accidente ocurrió a las 18.34 horas del pasado domingo cuando el 112 recibió la alerta. Al afectado lo evacuaron en una ambulancia medicalizada en estado crítico hasta el Hospital José Molina Orosa, donde sólo unas horas después se confirmó su muerte. Agentes de la Policía Local de Teguise instruyeron las diligencias.