La Fonteta les dio alas. El Valencia Basket forzó ayer el tercer partido de la semifinal tras una exhibición ante un equipo que no había perdido ningún partido a domicilio pero que se vio arrollado por la intensidad de los locales, en uno de sus mejores partidos, que terminó con un

La mala imagen del domingo obligaba a hacer cambios y Ponsarnau apostó de inicio por la garra y veteranía de San Emeterio en un quinteto con dos bases (Van Rossom y Vives), Derrick Williams y Dubljevic, quien abrió el marcador con un triple frontal marca de la casa.

Los taronja anotaban con facilidad tanto en la pintura como en el tiro exterior y no tardaron en abrir una pequeña brecha que se mantuvo hasta el final del primer cuarto (24-18), cerrado con cuatro puntos consecutivos de Van Rossom.

El rebote, un lastre para los taronja en el primer partido de la semifinal, estaba igualado y la buena defensa local permitía que los de Laso no tuvieran buenos porcentajes de tiro. Una dinámica que se mantuvo en el segundo cuarto, que arrancó con cinco puntos consecutivos de Mike Tobey que llevaron el +11 al marcador.

Garuba asumía responsabilidad en ataque por parte de los blancos, pero los taronja tenían más jugadores enchufados y de la mano de Kalinic, Prepelic, Labeyrie y un inspirado Hermannsson, lograron aumentar la diferencia hasta llegar al descanso con la máxima ventaja del partido hasta ese momento, con un esperanzador 44-29 tras un espectacular triple sobre la bocina de Martin Hermannsson.

El islandés puso en pie a los 1.000 aficionados que acudieron a la Fonteta con la esperanza de no ver el que podría haber sido el último partido de la temporada. Y la euforia en la grada fue a más en la reanudación, con dos canastas seguidas de Dubljevic y Vives que elevaron la diferencia hasta un +19 (48-29).

El Valencia Basket estaba haciendo uno de sus mejores partidos de la temporada justo dos días después de hacer uno de los peores. Pero al Madrid nunca se le puede dar por muerto y con la dupla Garuba-Tavares y los triples de Carroll y Taylor llevaron la intranquilidad a La Fonteta al ponerse los blancos a 11 puntos (54-43).

Prepelic, también desde la línea de 6,75, cambiaba la dinámica y Dubljevic y Labeyrie, con un 2+1 del francés, compensaban el parcial de 0-6 para el Madrid, que se benefició de una falta técnica. El galo cerró el tercer cuarto con otra canasta que llevó el +16 al marcador (64-48).

El Real Madrid estaba bloqueado y tres canastas de Kalinic, Tobey y Labeyrie pusieron el 71-50 en el marcador. Los blancos se enfrentaban a una situación que no habían vivido en toda la temporada. Su primera derrota a domicilio estaba al caer. La Fonteta disfrutaba y se ponía en pie con dos tapones seguidos de Labeyrie y Kalinic. La victoria taronja no peligró en ningún momento, hasta llegar al definitivo 85-67.