El ejercicio deportivo en el cómputo global del Levante 20/21 se cerrará con un balance positivo. Más allá de las limitaciones económicas y de cómo finalizó el primer equipo la temporada pese a conseguir la permanencia, otear el horizonte en los parámetros que no rodean al conjunto dirigido por Paco López es sinónimo de satisfacción. La plantilla comandada por el técnico de Silla dejó para la posteridad unas semifinales de Copa del Rey que excitaron a la afición granota. Un gol de Álex Berenguer a seis minutos del final de la prórroga fulminó la ilusión de optar por un título en la final de La Cartuja, pero el orgullo de haber llegado, por primera vez en la historia de la disciplina, hasta la última ronda del torneo del KO permanecerá en la eternidad.

Sin embargo, la gesta por excelencia en el curso que todavía está por perfilar reside en el Levante Femenino. La Champions fue la tierra prometida, y las futbolistas dirigidas por María Pry cumplieron con la aspiración de aupar al conjunto granota hasta el torneo de las estrellas en Europa. Trece años después de su última presencia, las granotas consumaron su vuelta a la Liga de Campeones.

El éxito, no obstante, también habita en las categorías inferiores. Pese a las malas vibraciones que transmitió en el primer tramo del curso, el filial del Levante no solo se salvó de la quema del descender, sino que estuvo a la altura de la lucha por estar en 1º RFEF. La clave del logro está en el factor Alessio Lisci.

Por su parte, Adrián Esteve, además de prolongar las buenas sensaciones de un Juvenil talentoso, hizo historia llevando a su equipo hacia el título del Grupo VII de División de Honor. Y el éxito va más allá del verde. El Levante UD FS, de la mano de Diego Ríos, finalizó la liga cuarto y hoy en día aún lucha por el título.

Sin duda, la temporada 20/21, a falta de los últimos coletazos, permanecerá como el año en el que el Levante creció como club.