España busca esta noche entrar de lleno en la lucha por las medallas, y lo hace con muy buenas sensaciones a pesar de las dudas iniciales en la competición. El estreno ante Bielorrusia fue un jarro de agua fría, pero el equipo de Lucas Mondelo ha sabido reaccionar de manera impecable tras ese toque de atención. El combinado nacional era consciente que llegaba a la cita muy justo de preparación, pero además había perdido a Tamara Abalde y Alba Torrens apenas unos días antes de iniciarse el torneo. No era la mejor manera de arrancar pero, en palabras del seleccionador, el «ADN ganador» de este equipo le permite sobreponerse a todos los obstáculos. Y eso es exactamente lo Había que dar un paso adelante, y jugadoras como María Conde o Maite Cazorla demostraron el lunes ante Montenegro que están preparadas para darlo. También el resto. Ya que lo mejor de este grupo es que más allá de referentes claros como Astou Ndour, Silvia Domínguez o las ‘taronja Laura Gil o Cristina Ouviña, todas suman y pueden hacer daño al rival en un momento determinado. Algo que será fundamental ante Serbia, primera clasificada del grupo B y que llega invicta tras superar en la primera fase a Italia, Montenegro y Grecia. Y además lo hará con más descanso, pues ha tenido un día más que las españolas para preparar los cuartos al haberse clasificado directamente.

Un dato, por otra parte, que no debería preocupar demasiado a España. Más bien todo lo contrario. Y es que el equipo, debido a las circunstancias y las restricciones existentes, llegaba al Eurobasket con apenas cinco encuentros amistosos disputados cuando lo habitual eran ocho. Las sensaciones comienzan a ser muy buenas, y en ello tiene mucho que ver la rotación y la elevada intensidad defensiva que se es capaz de imponer durante los cuarenta minutos.

En este sentido, Lucas Mondelo advirtió de la dificultad que supondrá enfrentarse hoy a Serbia pero se mostró convencido de que si mantienen la defensa de los últimos encuentros pueden tener opciones.

Serbia es un equipo de peso, altura, experiencia y calidad que lo pondrá muy difícil. Su gran estrella es Sonja Vasic, compañera de la capitana española Laia Palau en el Spar Girona, que deja el baloncesto a la conclusión de los JJOO de Tokio pese a tener solo 32 años. Un cambio en su vida y problemas en las rodillas le hacen tomar esta decisión, pero en la pista sigue siendo una jugadora ‘top’ capaz de anotar, asistir, rebotear y liderar a una selección veterana y curtida en mil batallas que aspira a estar en el podio.