Uno de los dilemas que se le plantea al Valencia Basket de cara al próximo curso es qué hacer con Josep Puerto. El canterano, hoy por hoy máximo referente de L’Alqueria del Basket, no ha contado en el primer equipo con demasiadas oportunidades esta temporada. Pero no sólo eso, es que entre unas circunstancias y otras, lleva tres años sin apenas jugar minutos en competición. «Puerto fue un fichaje con la temporada iniciada, el único fichaje en los tres últimos años con la temporada empezada. Vino en un momento en el que teníamos a Sastre y Marinkovic lesionados, en un momento en el que necesitábamos de él. Y creo que nos ayudó mucho, y que además siempre demostró estar preparado», explicaba hace unos días a SUPER Jaume Ponsarnau. «Hay que estar muy agradecidos, de su mentalidad, y ha demostrado a todo el mundo que puede jugar en la ACB y que tiene físico para jugar Euroliga o la máxima competición europea que se pueda disputar», destacaba el preparador de Tàrrega.

El problema es que lleva mucho sin jugar. En la temporada 2018/19 marchaba cedido al Liberbank Oviedo de LEB Oro. Un proyecto que estuvo cerca del ascenso a la ACB y en el que iba a ser una pieza importante. Sin embargo, una lesión en la espalda truncó todos esos planes. La siguiente, la 2019/20 también en LEB Oro, pero esta vez la cesión fue al TAU Castelló. Otra lesión, y luego la pandemia le privaron de poder demostrar todo su potencial. Algo que parecía podría por fin hacer bajo las órdenes de Toni Ten este último curso. Pero no hubo opción. Las lesiones de Joan Sastre y Vanja Marinkovic obligaron al Valencia Basket a ‘repescarle’ y ahí, con jugadores contrastados y de mayor experiencia por delante, sus oportunidades se redujeron al mínimo.

«Para su desarrollo, para su crecimiento, y por la apuesta de este club por L’Alqueria del Basket sería bueno construir un proyecto en el que pueda tener minutos», señaló Ponsarnau al respecto. «Tiene que jugar, técnicamente tiene el nivel, físicamente tiene el nivel multiplicado por tres, ahora le falta desarrollar las capacidades de juego que sólo se aprenden jugando», destacó el ya exentrenador taronja.

Y ahí es dónde está ahora la ‘patata caliente’. En la decisión que debe adoptar Joan Peñarroya junto al director deportivo, Chechu Mulero, y el director general y consejero delegado, José Puentes. Con una temporada más de contrato con los de La Fonteta, parece que ha llegado el momento de dar a Puerto un puesto importante en una rotación que la próxima campaña será de doce jugadores. Al menos esa es la intención inicial del club, que quiere comenzar a dar oportunidades ‘reales’ en los primeros equipos a los jugadores que destaquen en su cantera. Es el caso de Lorena Segura en el equipo femenino, y esa ficha número doce reservada para otra jugadora de L’Alqueria del Basket.

El caso del alero de Almusafes, sin embargo, no es excepcional. Ha sucedido antes con otros canteranos, y podría seguir pasando con los que vienen por detrás. «L’Alqueria da la posibilidad de sacar jugadores pero hace falta un paso intermedio y es un proceso largo en la mayoría de jugadores. Por ejemplo, Josep Puerto es potencial ACB pero tiene que jugar y el Valencia Basket ficha jugadores por delante y tiene una exigencia de resultados y es complicado que lo haga. Lo mismo pasa con Jaime Pradilla, Guillem Ferrando o Millán Jiménez», explicaba Ponsarnau también a Efe.

Y ahí es dónde radica la mayor parte del problema. En encontrar el equilibrio entre la exigencia de los resultados y dar oportunidades a los jóvenes. Algo nada sencillo.