Hablar de Ricardo Ten es hablar de un deportista con mayúsculas. A sus 45 años, ha participado ya en cinco Juegos Paralímpicos -Atlanta‘96, Sidney’00, Pekín’08, Londres‘12 y Río de Janeiro’16-, en todos ellos en la disciplina de natación. Los de Tokio serán los sextos, pero llegan marcados por un cariz muy especial. Por un lado está la pandemia, que lo ha condicionado todo para todos, pero al margen de esto hay otras dos circunstancias singulares. Una es que por primera vez el valenciano competirá en la disciplina de ciclismo en pista y carretera, en la que está obteniendo magníficos resultados desde que se estrenó sobre una bicicleta en 2017, y la segunda es que será el abanderado del equipo paralímpico español. Y es que no podía haber un mejor representante para esta cita porque Ten es, por encima de todo, un abanderado de la superación.

«Es un orgullo y una satisfacción representar a mi país y a mis compañeros tras una trayectoria como esta. Ni en mis mejores sueños podía imaginar algo así», señaló durante un acto realizado en la sede del despacho de abogados Varona de València. «Tras llegar del Mundial de Portugal, en el que salió todo redondo, me llamaron para comentarme la posibilidad, y luego ya me lo confirmaron. Todo mi entorno se puso muy contento, todos súper alegres... es un orgullo ser abanderado pero me quedo con que hay gente que también lo merece y están muy felices de que lo sea yo», explicó el ciclista, que estuvo acompañado, entre otros, por su entrenador Eloy Izquierdo, además de por Ignacio y Federico Varona.

Era una «despedida», un pequeño homenaje antes de abordar a partir de mañana viernes el último esfuerzo en la preparación de cara a Tokio 2020. Para ello se concentrará en altitud durante 25 días en Sierra Nevada, hasta el 1 de agosto, pues un día después se incorpora en Mallorca a la «burbuja» de la selección española, de donde partirán más tarde rumbo a Japón. Y todo con un objetivo muy claro en el horizonte, regresar a casa con una medalla colgada del cuello.

«Llevamos cuatro años, ya casi cinco, en los que venimos cosechando éxitos. Sabemos que es complicado porque los Juegos siempre son una competición muy especial y diferente. Suele estar delante la gente que siempre está, pero también hay alguna sorpresa, y esas sorpresas son las que te pueden dejar fuera. Las diferencias son mínimas y cualquier distracción, cualquier fallo o inconveniente te puede dejar fuera», explicó Ten. «Entrenamos para conseguir una medalla, ese es el objetivo y sería también la guinda de la tarta. Y cuanto más arriba mejor. Pero también somos conscientes de la dificultad y de que nuestros rivales están trabajando por lo mismo y no nos lo van a poner fácil», subrayó el también miembro del Proyecto FER.