Casi 11 meses después de mandar el burofax diciendo que se quería ir del club de su vida, Leo Messi podría cerrar esta semana la crónica de una renovación anunciada. De querer marcharse, harto de Josep Maria Bartomeu, a renovar con Joan Laporta, el único presidente con el que ha tenido complicidad. Desde que ganó las elecciones, cada vez había menos dudas de que Leo seguiría. Desde Pep Guardiola hasta el Kun Agüero habían dado por hecho que el icono azulgrana se quedaría. Pero aún no ha habido la confirmación oficial, que podría llegar hoy jueves o a principios de la semana que viene después de que el club y el jugador hayan llegado a un principio de acuerdo. Ampliará su contrato no por las dos temporadas inicialmente previstas, sino por cinco, rebajándose un 50% su actual ficha, lo que permitirá al club rebajar sensiblemente la masa salarial.

Como pudo confirmar ayer El Periódico, Messi no se moverá de la ciudad en la que ha pasado más de media vida. Aquella en la que aterrizó con 13 años en diciembre de 2000 y pasó unos días en un hotel de la plaza España a la espera de hacer una prueba, tras la que firmó en la ya mítica servilleta. Más de 20 años después de aquel primer contrato rubricará con 34 el último, que pondrá fin a la incertidumbre.

El lunes, después ganar la Copa América, se llegó al principio de acuerdo que se podría oficializar a finales de esta semana o a principios de la semana que viene. Cobrará 20 millones el primer año, la mitad que ahora, además de una prima por renovación. La idea inicial era que Leo firmara por dos años y luego se fuera a EEUU, a jugar en el Inter Miami de la MLS. Una opción que no hay que descartar ni mucho menos que acabe ocurriendo, ya que puede poner fin al contrato a partir de la segunda temporada, cobrando una prima de salida. Si siguiera pasado ese segundo año, el sueldo se iría reduciendo año a año. Pero en cualquier caso no superaría los 200 millones en total.

La sintonía entre las dos partes era total pero la inflexible posición de Javier Tebas sobre el límite salarial ha postergado un acuerdo que Laporta deseó anunciar el día de su santo o el del cumpleaños de Leo, el 29 de junio (día antes de que caducara su último contrato).

Desde el burofax del 25 de agosto pasado, Messi ha administrado en estos 11 meses sus palabras y silencios. «Aquí se van haciendo malabares y hace tiempo que no hay proyecto ni nada», dijo en septiembre del año pasado en una entrevista con Rubén Uría en la que explicó se quedaba porque «jamás iría a juicio contra el club de mi vida y al que amo». En diciembre, aseguró a Jordi Évole que esperaría al nuevo presidente antes de decidir e insistió en que el proyecto deportivo sería lo que le decantaría la gran decisión. De momento, a la espera de las tres o cuatro incorporaciones extra que ha anunciado Laporta, han llegado ya Memphis Depay, Eric Garcia, Emerson y Kun Agüero. Después de compartir habitación en las concentraciones de Argentina desde que tenía 17 años, Leo podrá compartir también con su amigo vestuario en el Camp Nou.

En ese campo en el que Leo juega desde los 17 años, apadrinado a su llegada al primer equipo por un Ronaldinho que vio rápidamente el talento que atesoraba. El alumno superó al maestro, pulverizando todas las expectativas que había sobre aquel prodigio de la Masia para sentarse en la mesa de Maradona, Pelé y Cruyff. Le disputa a su compatriota quién ha sido el mejor argentino de la historia, esta temporada superó el récord de goles con un club que tenía el brasileño y ha cambiado la historia del Barça como el holandés. Tras haber cantado 672 tantos con la casaca culé, no podía despedirse por la puerta de atrás, tras haber marcado el último en un Camp Nou vacío.

Coleccionista de récords, además de seis Balones de Oro y otras tantas Botas de Oro, es el azulgrana que más títulos (35) ha conquistado: 10 Ligas, 4 Champions, 3 Mundiales de Clubes, 3 Supercopas de Europa, 7 Copas y 8 Supercopas de España. Una cifra que espera aumentar las próximas temporadas.

Una vez confirmada la continuidad de Messi, la prioridad es dar salida a Griezmann, que tiene la segunda ficha más elevada de la plantilla. El delantero francés está cada vez más cerca de regresar al Atlético, en un trueque que llevaría a Saúl al Camp Nou.