Los Juegos Olímpicos de Tokio se están viendo eclipsados por una sucesión de escándalos que salpican a su organización, el último de los cuales ha forzado la salida de uno de los responsables de la ceremonia inaugural en la víspera de su celebración.

Desde declaraciones machistas hasta bromas sobre el holocausto y comentarios jocosos sobre acoso escolar a discapacitados, pasando por acusaciones de plagio y escándalos de corrupción, los responsables de organizar los Juegos se han visto implicados en todo tipo de controversias.

La última y más inoportuna de las tormentas que afectan a los Juegos estalló a pocos días la ceremonia de inauguración, y se ha llevado por delante a dos figuras claves para la organización del evento: su director creativo y uno de los compositores musicales, que además son dos conocidas figuras artísticas en Japón.

Keigo Oyamada, un músico nipón, ha dejado de formar parte del equipo creativo después de que reemergieran unas entrevistas que concedió a mediados de los noventa y en las que comentaba, entre risas, que durante su infancia había sometido a compañeros con discapacidad a tratos vejatorios. La aparición de estas antiguas declaraciones en las redes sociales desató una oleada de críticas entre los nipones que terminaron con su dimisión y petición pública de disculpas.

El mismo proceso se repitió con el responsable escénico de las ceremonias de apertura y cierre, Kentaro Kobayashi, quien ha sido forzado a dimitir tras circular por la red unas viejas grabaciones de una actuación de este humorista, actor y director teatral. En el «sketch» humorístico datado en 1998, Kobayashi y su compañero de dúo bromean con llenar un estadio de figuras de papel que representan personas y jugar a «hacer un holocausto», antes de añadir que quizás ese tipo de chistes no son aptos para emitirse en televisión.