El final de una historia de 20 años entre Leo Messi y Barcelona tuvo el impacto de un terremoto en Argentina. De inmediato, todos los medios de comunicación le dedicaron sus portadas para reseñar la noticia más inesperada y, además, especular sobre el futuro del capitán del seleccionado celeste y blanco. Como si casi todos obraran por un reflejo condicionado, simbolizado en la imagen de Ángel Di María, Leandro Paredes y Neymar, la mayoría de las opiniones se inclinaron por imaginar a Messi con la casaca del PSG. "¿Será el nuevo club?", se preguntó Clarín. No faltaron aquellos que se inclinaron por el Manchester City.

Las tertulias deportivas cambiaron súbitamente de tema de conversación. Los presentadores, atónitos, se vieron obligados a hablar de algo que no estaba en el horizonte. Todos creían en Argentina que la renovación de Messi con el Barcelona era apenas un trámite. Nadie se encontraba en condiciones de sacar frente a las cámaras conclusiones de lo que había sucedido.

Para el diario deportivo Olé se ha tratado de una "bomba mundial" que marca el epílogo con Barcelona de "una leyenda única y sin dudas irrepetible". El adiós de Leo provoca una suerte de incredulidad compartida entre otras cosas porque, más allá de los títulos y las jerarquías, Messi parecía haber logrado lo que nadie de su estatura había podido alcanzar: mantener a lo largo de toda una carrera plagada de logros un solo color.

"Cuesta creer que sea el fin de Messi en el lugar en el que se convirtió en el mejor jugador del mundo y, para muchos, de la historia. El hombre que transformó, con un equipo inolvidable comandado por Pep Guardiola, a un gigante como el Barça", añadió Olé. Según la publicación, todavía hay aspectos opacos en el relato de despedida. del no acuerdo, aunque desde LaLiga le dijeron a Olé que Barcelona no cumple los requisitos legales a nivel económico... ¿Qué dirá públicamente Leo después de esto? La realidad es que ni el 10 ni su gente confirmaron nunca del todo el acuerdo, más allá de que estaba avanzado, por temor a que se produjeran complicaciones como las que terminaron pasando. ¿El Barcelona resolverá el tema de forma urgente o perderá definitivamente a su ídolo, como anunció?".

"Cuando parecía que todo se trataba de una formalidad y sólo restaban detalles para firmar un nuevo vínculo, Lionel Messi ya no seguirá en Barcelona. Así de impactante", consignó el diario Página 12.

Para La Nación, el largo culebrón dio un "giro inesperado". Haciéndose eco de algunos comentarios que circularon en Barcelona, consideró que "Messi rechazó la posibilidad de quedarse con un plantel que no fuera competitivo. Siente que no tiene suficientes jugadores para pelear por la Champions League. Incluso a pesar de la reciente incorporación de su amigo Kun Agüero".

Y fue el propio Kun el que acaparó las bromas en las redes sociales. Había llegado a Barcelona para iniciar junto con su compañero desde los Juegos Olímpicos de 2008 una nueva aventura futbolística. De repente, se ha quedado solo.

Pero la soledad que puede sentir Agüero es en parte la de los argentinos que habían aprendido a sentir cierta identificación emocional con el Barcelona por el hecho de que el gran ídolo se había convertido en parte esencial del club. Las camisetas culés se habían vuelto en ese sentido un lugar común en los partidos de los niños y los no tan chicos. Las mochilas de los escolares fueron, en muchos casos, azulgranas. Leo era Barcelona. Decirlo en pasado es algo que también costará en este parte del planeta aceptar.