La selección española masculina de balonmano con el valenciano Gedón Guardiola se mide este sábado (10.00 hora peninsular española) a Egipto en la lucha por la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020, un final con su parte amarga pero con otra de mérito por volver a estar entre los mejores, lo cual sería una buena despedida para Raúl Entrerríos. El hombre récord del balonmano nacional, el que más partidos ha jugado con España, pone fin a su carrera en el Estadio Nacional de Yoyogi. No será en la lucha por el oro, la primera final olímpica que una vez más se le escapó a España, pero sí por un podio en unos Juegos que reconozca la regularidad de un equipo de éxito.

La vigente doble campeona de Europa buscó por cuarta vez superar su techo olímpico, pero Dinamarca se interpuso en su camino. El cuadro danés fue ogro en Tokio y apeó a los de Jordi Ribera con merecimiento en semifinales. Como en Atlanta 1996, Sydney 2000 y Pekín 2008, la capital japonesa tampoco sonrió a los españoles. Sin embargo, la cruda tradición tiene un levantamiento posterior, ya que en las tres veces, la selección nacional se alzó con el bronce. El objetivo está claro para los de Ribera, después de la ausencia en Río de Janeiro 2016, el gran mal trago de un equipo acostumbrado a competir hasta las rondas finales.

En Tokyo 2020, la despedida a Raúl Entrerríos, el único superviviente del histórico primer título Mundial de 2005, es un aliciente emocional tremendo para los ‘Hispanos’. El último baile será contra la Egipto de Roberto García Parrondo, una selección en crecimiento.