Aún con los rescoldos humeantes de las lágrimas de Leo Messi en su despedida del Barça, en París ya esperan impacientes a su nueva estrella. Los aficionados del PSG, sin tener la certeza de que el ‘10’ aterrice en París, inundaron ayer las calles con la esperanza de ver al que, sin duda, es el fichaje del siglo. El jugador argentino, después de casi una vida luciendo los colores del Camp Nou, está listo para asumir un nuevo, aunque inesperado, desafío en su laureada trayectoria deportiva, en una entidad cuya principal obsesión es la de alcanzar el Olimpo futbolístico a toda costa y a cualquier precio, con la Champions League como línea de meta.

A base de talonario, el imperio de Nasser Al-Khelaïfi ha construido un imperio mediante la codicia y el poder del dinero. Desde su llegada a la presidencia del club francés varios han sido los nombres que han desfilado por el Parque de los Príncipes como Zlatan Ibrahimovic, Lavezzi o Edison Cavani, pero nunca se congregaron una cantidad tan elevada de talento. Con la llegada de Messi, Mauricio Pochettino tendrá a su disposición a un equipo que, además de provocar temor a sus rivales, tiene la presión de estar a la altura de lo que atesora. Aunque una plantilla compuesta por Neymar, Mbappé (a falta de cuál será el desenlace del culebrón que le sitúa en el Real Madrid), Di Maria, Sergio Ramos, Achraf Hakimi, Donnarumma, Wijnaldum… está destinada a tener un hueco en la historia del balompié.

Mientras tanto, Leo Messi sigue tranquilo. Una vez superado el trauma de su divorcio con el club de sus amores, al argentino le queda esperar. El contrato que le vinculará con el PSG está en fase de desarrollo y la firma será estampada cuando las condiciones estén pactadas, con el colofón de que su presentación será en la emblemática Torre Eiffel. Pese a que se especuló con que su llegada a París sería en el día de ayer, las cámaras de ‘Football Daily’ cazaron al ‘10’ en su casa, en bañador y aprovechando sus últimas horas en la Ciudad Condal. Imagen que supuso un bajón entre los aficionados del PSG que salieron a las calles de la capital de Francia para recibir a su nuevo ídolo.

Pese a ello, los conocidos como ‘les rouge-et-bleu’ calientan la llegada del ‘10’. Después de que las autoridades francesas dieran el visto bueno para que el estadio Parc des Princes luzca la totalidad de sus espectadores este domingo en el encuentro ante el Estrasburgo, los seguidores del PSG se movilizan para darle una calurosa bienvenida a Leo Messi. Ya sea con un certificado europeo de vacunación, con una muestra que refleje que el superaron el coronavirus o con una PCR negativa realizada no más de 48 horas antes, la afición del club de la Ligue 1 llenará su feudo consciente de que Messi ya lucirá sus colores.

Entretanto, la tarea de Al-Khelaïfi para suavizar el contrato del ‘10’ pasará por abrir la puerta de salida. También, con la intención de darse un último capricho, ya que el fichaje de Paul Pogba está en standby por la ‘Operación Messi’ y así formalizar un equipo de leyenda. Sergio Rico, Alphonse Areola, Layvin Kurzawa, Thilo Kehrer, Ander Herrera, Rafinha y Pablo Sarabia son los que resaltan en la lista del presidente catarí.

De forma paralela, el Barça continúa en estado de depresión. Rabioso y apenado, el club catalán se prepara para asumir una transición de manera definitiva, que implicará también una devaluación de grandes dimensiones. Según publicó ‘Brand Finance’, el Barça podría perder 137 millones del valor de marca que atesora tras la marcha de Messi, sin pasar por alto los 200 millones anuales que generaban las ventas de camisetas con su nombre y dorsal. Sumergidos en tiempos de guerra, la esperanza para por los Pedri, De Jong, Memphis Depay y compañía, además de los veteranos del vestuario, quienes han de dar un paso al frente para que su club no quede en estado de vulnerabilidad. Con Koeman a los mandos de la nave, el Barça afronta el desafío más difícil, incluso, que el de sanear sus cuentas: convivir sin el mejor futbolista del mundo después de un desenlace cruel para todas las partes.