Tan cierto como que el Valencia Basket reúne razones de sobra para lamentarse de la plaga de lesiones que le persigue, lo es también que las lamentaciones sirven de muy poco. Esta noche, en Burgos, los ‘taronja’ están obligados a reaccionar después de la derrota de hace seis días en la Fonteta frente al Real Madrid, y equilibrar la balanza de victorias y derrotas en esta sexta jornada de la Liga. Undécimos en la tabla, los valencianos han perdido en casa un partido más de los dos ganados a domicilio en Manresa y Zaragoza.

Joan Peñarroya llama a los jugadores a dar «lo máximo» y aumentar sus niveles de «concentración» para llevarse hoy el tercer triunfo de la temporada. A pesar de que los problemas «son demasiados», en alusión a las lesiones, el entrenador deja claro que su equipo tiene capacidad para superar este momento difícil. «Sabemos dónde estamos y lo que queremos lograr. Es un momento de excesivas dificultades, pero con lo que tenemos podemos competir y luchar», dice. Los principales problemas a los que se refiere Peñarroya se hallan debajo del aro. Sin Tobey ni Dubljevic, no hay un pívot puro disponible en la rotación de jugadores profesionales, que nuevamente se ve limitada a nueve. La solución pasa por repartirse el ‘5’ entre Rivero y Labeyrie, además de reforzar el ‘4’, donde está Jaime Pradilla, con el poderío físico de Víctor Claver. La buena nueva es el regreso de Van Rossom, quien cumplirá 400 partidos como ‘taronja’, superada su lesión muscular.

Peñarroya y Jasiel Rivero se reencuentran hoy con la afición y el equipo, el Burgos, con el que conquistaron tres títulos en dos años.