Entre algodones se presentaba el Valencia Basket ayer a la cita y lo cierto es que, más allá de la preocupante lesión de Raquel Carrera, no hubo que lamentar mayores contratiempos ni en lo físico ni en lo deportivo. Desde el primer momento el Valencia Basket mostró su superioridad en La Fonteta y, aunque le tocó sufrir más de la cuenta en el ecuador del último acto, la sangre no llegó al río y acabó sumando su octavo triunfo liguero y por tanto, mantienen su marcha triunfal en la Liga Femenina Endesa.

No quiso arriesgar el técnico tarona Rubén Burgos y apostó de inicio por un quinteto de garantías formado por Romero, Allen, Casas, Gil y Gülich. Esta última estrenaría el marcador con dos tiros libres pasado el minuto de juego, a lo que respondería Hempe con otra acción para igualar el partido. Fue un espejismo. Rápidamente las locales pusieron la directa y, desde la defensa, instauraron su primera renta clara gracias al acierto de Allen y Gil (14-4; min. 6). El tiempo muerto de Carlos Cantero y algunos ajustes frenaron un tanto la sangría, pero sin dar nunca la sensación de poder acercarse al nivel físico y de juego de las ‘taronja’ (19-12; min. 10). Para entonces, Leticia Romero ya se había echado el equipo a la espalda factor que resultó clave cuando el cuadro aragonés intentó meterse de lleno en el partido de la mano de Maria Bettencourt (22-17; min. 12). No hubo opción.

Ni siquiera tras la lesión de Raquel Carrera que dejó unos minutos en shock al equipo (del 31-19 se pasó al 31-25). Fue de nuevo Romero con un triple y un 2+1 la que devolvió las aguas a su cauce y comenzó el despegue definitivo del Valencia Basket (37-25; min. 17).

A partir de ese momento, y hasta llegar al descanso, sólo hubo un equipo sobre la pista. El parcial final de 13-1 no dejaba lugar a la duda (44-26; min. 20).

Tras el paso por los vestuarios, y con el partido ya casi roto, las locales ampliaron su renta hasta los 22 puntos (50-28: min. 24). Emergía para facilitar las cosas la figura de Marie Gülich con su dominio en la pintura. Sin embargo, reaccionó el Casademont Zaragoza con un parcial de 0-9 (50-37) que, aunque les permitió creer un poco más en sus posibilidades, no pasó de ahí en los minutos posteriores del cuarto (56-41; min. 30). Los ‘miedos’ entrarían ya sí en el último cuarto, cuando el Zaragoza bajó la renta psicológica de los diez puntos (58-49; min. 33). Rubén Burgos no esperó más y, con gesto serio, decidió introducir cambios en el quinteto. Luego llegaría también un triple de la valenciana Vega Gimeno y que firmó un encuentro excepcional (58-52; min. 34), y ahí optó ya por parar directamente el partido.

La medida resultó providencial pues, a partir de ese momento, las valencianas recuperaron su esencia sobre la cancha para, nuevamente con Leticia Romero a los mandos, terminar de cerrar el partido con un parcial de 13-7. La defensa exhibida por las valencianas, una vez más, resultó clave en esos minutos para el definitivo 71-59.