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Campeonato de Europa

Los ‘Hispanos’ buscan la triple corona europea en pleno cambio generacional

La selección española iniciará a partir de este jueves la defensa del título ante República Checa, Suecia y Bosnia Herzegovina

Los jugadores de la selección en el Ondrej Nepela Arena, de Bratislava, donde disputarán la primera fase del torneo.

“Somos lobos, somos Hispanos”. Así se ha autodefinido la selección española de balonmano, que inicia su andadura a partir de este jueves en el Europeo de Hungría y Eslovaquia con un doble objetivo. El primero, revalidar la corona por tercer año consecutivo y alargar así la leyenda de una selección más valorada fuera que dentro de nuestras fronteras. El segundo y más importante, asentar las bases del futuro e intentar que el cambio generacional no aleje al grupo de su idilio con los metales.

Y aunque parece difícil repetir o igualar a una generación que se ha colgado ocho medallas en diez años, Jordi Ribera tiene claro que la respuesta está en casa. Ante las ausencias de los Dujshebaev por problemas físicos y el paso al lado de Entrerríos, Morros, Sarmiento, Aginagalde y compañía, el seleccionador nacional ha mirado hacía la cantera. Y ha encontrado a sus hombres en una ASOBAL que tirita ante la precariedad económica y la fuga de talentos. Siete de los 19 seleccionados juegan en España. Y cinco de ellos se estrenan con la elástica de la selección. Chema Márquez, Iñaki Peciña, Ian Tarrafeta, Agustín Casado y Kauldi Odriozola son las caras nuevas de los Hispanos. De sus manos e ilusión saldrá el porvenir de España, que se estrena frente la República Checa (18.00h, Tdp) en una fase de grupos en la que también se verá las caras ante Suecia y Bosnia Herzegovina.

Son nuevos pero saben lo que significa la palabra Hispanos. “Después de vernos todos los Mundiales y Europeos desde casa, estar aquí dentro es algo único e irrepetible”, analiza OdriozolaMárquez hace hincapié en la leyenda: “Todo jugador trabaja duro para algún día llegar a disfrutar de algo así, es un orgullo entrar en una selección con tanta historia, medallas y jugadores increíbles”. Idolatran a sus compañeros pero ellos no son menos. Porque forman parte de una hornada histórica. Casi cinco años después, cuatro jugadores de la generación de 1996-97 se vuelven a juntar para repetir la hazaña. Entonces, se coronaron campeones del mundo junior. Ahora, llegan para batallar ante los mayores y decirle a Europa que España no se detiene.

Los guardametas Sergey Hernández y Rodrigo Corrales, en el vuelo de la selección a Bratislava. RFEBM

Mantener la esencia

Porque la selección ha pasado del último gran baile en Tokio al primero de muchos en Eslovaquia. Pero su esencia sigue siendo la misma. Llegan Ian, Odriozola, Peciña y compañía. Y siguen Gurbindo, Cañellas y Guardiola. Pues Jordi Ribera ha querido trazar un cambio suave en el que pudiera mezclar lo mejor de la juventud con la sabiduría de quien lo ha ganado todo.

Por eso, le sigue dando cuerda a esos viejos rockeros que tantos éxitos le han dado. A su apuesta personal del año pasado, Antonio García. A un Hispano dolido como Joan Cañellas, que se perdió los JJOO por una lesión de última hora. Y una de las mejores porterías del planeta. Bajo palos continúan Gonzalo y Corrales y llama a la puerta Sergey Hernández, el heredero de una de las posiciones más bien salvaguardadas de la selección.

Son el cóctel perfecto y en el torneo de preparación han demostrado estar perfectamente capacitados para asustar al viejo continente. Allí, como cada año, batallaran frente a selecciones contrastadas y con grandes nombres. La Francia de Karabatic y del azulgrana Dika Mem. O la Dinamarca de Mikkel Hansen. Todas ellas asustan y presumen de líderes mediáticos y eficaces. Pero España, como siempre, calla y se centra en grupo. Porque hay relevo de nombres pero no de esencia. “Lo que nunca hemos hecho en la selección es ir con miedo. Está claro que el equipo necesita tiempo, pero lo veo con opciones de llevarse el Europeo”, dicta el seleccionar. Su confianza es la de toda una selección que quiere, de nuevo, desafiar a la historia y terminar e enero con otro metal sobre el cuello.

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