Mickael Malsa es el jugador que ha escogido el Levante para obtener beneficio económico en el presente mercado de enero. La necesidad de vender para ajustar las cuentas del club y la dificultad de sacar futbolistas durante el periodo de transferencias, además de la urgencia de incorporar fichas que ayuden al combinado de Orriols a conseguir la permanencia, son una serie de circunstancias que sitúan al medio de Martinica en el escaparate de ventas del Ciutat de València. Una salida que, en caso de producirse, oxigenaría la economía granota y reduciría la cifra de futbolistas en plantilla para facilitar llegadas en las dos últimas semanas correspondientes al periodo de traspasos.

El ex del Mirandés, un año y medio después de formalizar su fichaje por el Levante, saldrá de Orriols si llega una oferta de tres millones de euros al buzón de entrada de la secretaría técnica. El motivo principal, además de la masificación que hay en la medular levantinista, es la falta de protagonismo que ha sufrido con el transcurso de la temporada. Después de disputar todos los duelos de LaLiga Santander menos tres el curso anterior, ha pasado a un segundo plano en el presente, tanto con Paco López como con Javi Pereira y posteriormente con Alessio Lisci (697’ en total). Un técnico italiano que, según lo visto se ha decantado por el trivote formado por José Gómez Campaña, Pepelu y Enis Bardhi.

De esta manera, el futuro de Malsa modifica el de Nemanja Radoja, quien comenzó en la rampa de salida el mes de enero y, tras el cambio de postura del club, se quedará, salvo giro provocado por los movimientos que genere el mercado, terminará el año luciendo los colores azul y grana.