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Protesta contra la guerra

El deporte clama por la paz

Rusia ya se encuentra en una encrucijada deportiva - Cada vez son más quienes se niegan a competir contra ellos por invadir Ucrania

Los jugadores del Manchester United se solidarizan con Ucrania.

"¡Paz, paz, paz!" fue el grito que este sábado se escuchó, leyó, pronunció y recorrió los escenarios del deporte europeo. Los deportistas no quieren la guerra, más allá del legítimo enfrentamiento en la competición, desde los terrenos de juego hasta las carreras. Ucrania no está sola en esta invasión cruel y absurda y así lo quisieron transmitir futbolistas polacos o británicos en una reacción en cadena que también implicó a otras disciplinas. 

El deporte, como el mundo en general, está en situación de shock y ha decidido aportar su grano de arena para intentar parar la locura de Putin en Ucrania. Así, la selección polaca determinó, apoyada por su federación, no disputar el partido contra Rusia, programado en Moscú, el próximo 24 de marzo, para la repesca del Mundial de Catar. El acuerdo contó con el apoyo de la gran estrella local, Robert Lewandowski: "Los futbolistas no podemos hacer como que esto no está pasando", argumentó el delantero del Bayern. Suecia seguirá los pasos de Polonia si se cruza después con Rusia.

Una Rusia, cuya selección femenina de rugby sí jugó este sábado contra España en Madrid (27-0) pero con la vergüenza de no izar su bandera ni escuchar su himno.

Los jugadores del Manchester United saltaron al césped con una pancarta por la paz, grito que se escuchó en otros campos de la Premier. Y este lema lo llevó el portero del Valencia, el georgiano Giorgi Mamardashvili, en su camiseta. Otro guardameta, el madridista Andriy Lunin, renunció a la convocatoria contra el Rayo para recolectar alimentos para sus compatriotas ucranianos.

El "no a la guerra" ya empieza a oírse también entre las estrellas del deporte ruso. Pavel Sivakov, 24 años, pasa por ser el mejor ciclista de Rusia en la actualidad. Es uno de los astros emergentes del potente equipo Ineos y, aunque nunca ha vivido en su país, sí ha escogido competir bajo su bandera cuando podía haberlo hecho por la francesa, cuya nacionalidad también posee. "Estoy totalmente en contra de la guerra. Todos mis pensamientos están con el pueblo ucraniano. Pero también quiero que la gente entienda que la mayoría de los rusos solo queremos la paz. Por eso, no deberíamos ser objeto de odio solo por nuestro origen. Paz".

Otro mito del deporte ruso, Garry Kasparov, trató a Putin de "serpiente" y censuró a Occidente por no pararle antes los pies. "Ahora ataca de nuevo demostrando que no puedes evitar luchar contra el mal. Gloria a Ucrania", aseguró el excampeón del mundo de ajedrez.

La protesta y el baloncesto

Todo sucedió en un día en el que el conjunto Zalgiris Kaunas, una de las referencias de Lituania en baloncesto, determinó no jugar la Euroliga contra ningún equipo ruso y Tornike Shengelia, la gran estrella del básquet georgiano, rompió su contrato con el CSKA de Moscú. "Tomo esta decisión en señal de protesta contra la invasión a Ucrania. No considero posible continuar jugando para el club del Ejército ruso". El ala-pívot estaba dispuesto a regresar a España (jugó en el Baskonia tras abandonar la NBA).

El deporte ruso, el mismo señalado con el dedo por el dopaje de Estado, se encuentra de nuevo en una encrucijada en este caso por algo mucho peor que tomar sustancias prohibidas para mejorar el rendimiento; una guerra y un atentado a la paz mundial. 

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