Manual para sortear las consecuencias del mayor veto internacional de la historia moderna del deporte: póngase una prenda amarilla, hágase con un trozo de esparadrapo y diga que ya no es quien dice ser y quien indiscutiblemente parece seguir siendo. Y ya estaría. Si al Vozrozhdenie ruso le ha servido, le puede servir a cualquiera.

Este equipo de categoría Continental, la tercera división del ciclismo masculino en ruta, fue víctima de las medidas adoptadas el 1 de marzo por la Unión Ciclista Internacional (UCI), en línea con las directrices marcadas por el Comité Olímpico Internacional (COI).

El máximo organismo del ciclismo mundial decidió cancelar todas sus competiciones en suelo ruso y bielorruso, retirar la licencia de todos los equipos de esos dos países y solo permitir la participación de ciclistas de esas nacionalidades bajo la condición de hacerlo con bandera neutral, sin distintivos de ningún tipo.

Puerta abierta

La UCI, sin embargo, dejó abierta la puerta a que estos equipos pudieran seguir compitiendo siempre que se desprendieran de sus patrocinadores rusos y lograran ser inscritos a través de una federación nacional diferente. Un proceso que el único equipo ruso completamente profesional, el anteriormente llamado Gazprom-RusVelo, está tratando de cumplimentar para no verse abocado a una disolución inminente.

Al Vozrozhdenie, en cambio, le costó menos de una semana encontrar una manera de sortear la prohibición de la UCI: convertirse en un conjunto georgiano. Un recurso extraño, dada la tensión geopolítica entre ambos países, pero que tiene una explicación lógica.

El Vozrozhdenie es un proyecto de fomento de la cantera que nació en 2020 y que se estrenaba este año en el circuito Continental. Su nombre significa "renacimiento" y apela al impulso de un ciclismo ruso que en los últimos años no ha gozado de grandes estrellas, más allá de Aleksandr Vlasov y de Pavel Sivakov, quien acaba de cambiar su nacionalidad deportiva, optando por representar a la Francia en la que se crio.

¿Y qué pinta Georgia en todo esto? Pues resulta que la federación caucásica se implicó en el proyecto, junto a la rusa, para dar una salida a sus mejores proyectos de corredores. De los 12 ciclistas de la plantilla del Vozrozhdenie, 10 eran rusos y dos eran georgianos. "Agradecemos a la Federación de Ciclismo de Georgia por el apoyo brindado. Todos los corredores del equipo continuarán esta temporada como parte del equipo Olymp", anunció el Vozrozhdenie en sus redes sociales.

Cuatro días

Según el portal especializado Procyclingstats, el equipo se llama ahora Sport Cycling Club "OLYMP" y compite como tal desde el 5 de marzo, cuatro días después de que la UCI anunciara sus sanciones por la invasión rusa a Ucrania. La información oficial es nula, ya que el equipo carece de página web o de perfiles en redes sociales, pero todos los corredores que han participado bajo ese nombre son los mismos que estaban hasta unos días en nómina del Vozrozhdenie.

Salvo, curiosamente, los georgianos, que han competido con el equipo nacional de su país, algo que en todo caso no resulta extraño en estas categorías, en las que suelen competir muchos ciclistas con sus selecciones ante sus propias escuadras. Pasa también en ocasiones con niveles más altos, en especial con Italia en las clásicas de otoño previas a los campeonatos del mundo.

De hecho, las imágenes dejan poco espacio a la duda. El cambio de nombre y de nacionalidad ha llevado aparejado un cambio de vestimenta... pero solo parcial. Han abandonado su tradicional maillot y compiten ahora con uno totalmente amarillo, sin ningún patrocinador o distintivo. Por descontado, tampoco aparece ya la bandera de Rusia que lucían en la manga durante estos primeros meses del año.

Bandera rusa

Con el culote, en cambio, apenas han realizado un pequeño apaño. Varias imágenes parecen sugerir que han tapado con esparadrapo o algún material similar la bandera de Rusia, pero sigue apareciendo el nombre original del equipo, así como el remate inferior con tres franjas que son exactamente las de la bandera de Rusia: de arriba abajo, blanco, azul y rojo. Una referencia que en teoría está prohibida por la UCI, dado lo evidente que resulta la referencia a la enseña rusa.

En definitiva, el equipo sigue siendo el mismo, aunque se llame de manera diferente, luzca un maillot diferente y esté registrado en una federación nacional diferente. Cambios meramente estéticos que dejan sin efectos prácticos las sanciones impuestas por la UCI, poniendo en cuestión el cumplimiento del espíritu original de las sanciones por la invasión a Ucrania.

Más aún cuando ocurre una situación como la del pasado sábado en el Grand Prix Manavgat Side, una de las muchas carreras de un día de categoría 1.2 (la más baja del calendario internacional) que se disputan en Turquía en esta fase de la temporada.

En dicha carrera, el ganador fue el ciclista ruso Mamyr Stash, perteneciente al Vozrozhdenie/Olymp, estrenando el palmarés del equipo, tanto en su antigua como en su nueva denominación. Lo que hace más llamativa todavía la victoria es que el segundo clasificado fue el ucraniano Mykhaylo Kononenko, una dolorosa coincidencia. Las imágenes del podio facilitadas por la organización dan la sensación, no obstante, de relación amistosa entre primer y segundo clasificado.

Al día siguiente, el domingo, se celebró en Turquía una nueva carrera, el Grand Prix Gündogmus y en ella, a modo de protesta, se negó a participar el equipo que competía como selección de Ucrania. El destino quiso que los tres corredores más fuertes de la carrera fueran del mismo equipo, el Terengganu malayo. Pudieron decidir quién de los tres ganaba y optaron por el ucraniano Anatoliy Budyak. El mejor Vozrozhdenie/Olymp fue 42º, a más de cinco minutos. Justicia poética ante las tretas, aunque no sirva para demasiado.