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Rompiendo barreras

Ellas también pelean: el auge del Muay Thai femenino

El movimiento Muay Ying pretende, principalmente, dar visibilidad a las mujeres en un deporte tradicionalmente asociado a la masculinidad

Velada de Muay Thai en Calafell.

La primera impresión es fuerte. Mucha gente en el pabellón, 'speaker', un ring, y todo un espectáculo preparado para acompañar a quienes peleaban este sábado por la tarde en Calafell. El cartel del Nak 8 Muay promete una velada intensa con participantes de todas las edades y pesos. Pero para quienes ya conocen este mundillo, la presencia de peleadoras resultaba algo inusual.

“Las chicas han perdido el miedo a pelear”, asegura Saray Medina (Tarragona, 1989). Ella también iba a luchar este sábado por la noche, de hecho, su combate profesional era el broche de oro de un encuentro principalmente amateur, pero finalmente no encontró oponente para esta ocasión. Con más de 100 combates a sus espaldas, es la cara más visible del movimiento 'Muay Ying'. Una iniciativa que pretende, principalmente, dar visibilidad a las mujeres en un deporte de lucha tradicionalmente asociado a la masculinidad y se ha convertido en el empujoncito que ha animado a muchas chicas a vencer sus miedos y subirse a un ring. 

Lo más maravilloso es que todo empezó por casualidad. O quizás porque así estaba predestinado a ocurrir. “Surgió de forma natural. Yo había quedado en mi gimnasio para entrenar con unas amigas de Barcelona y se unieron otras chicas. Terminamos siendo unas 12 y al compartirlo en nuestras redes sociales, notamos el fuerte interés que despertó entre otras mujeres que de haberlo sabido se hubieran unido”, explica Medina, que fue galardonada la pasada semana por su labor de promoción del deporte femenino por el Consejo superior de Deportes.

Eventos con mujeres

“Ahí nos dimos cuenta de que realmente había un interés femenino por este deporte en un momento en el que realmente era difícil encontrar combates de chicas”, explica la luchadora. “Ahora hemos llegado a hacer eventos enteros con mujeres, desde luchadoras hasta árbitros y presentadoras”, zanja. Aún así, aclara que a pesar del orgullo que siente por este tipo de encuentros, no es el cometido principal del movimiento, sino equiparar el deporte al masculino, tanto en representación como en apoyo afición.

Saray afirma que en los últimos años el crecimiento de la popularidad de esta disciplina entre las chicas ha sido exponencial. “Cuando yo empecé éramos muy pocas y algunas venían más del kick boxing e incluso de otras disciplinas. Ahora tenemos clases en las que la mitad son chicas”, afirma la luchadora que también da clases en Templo Thai, el gimnasio que comparte con su pareja, Gustavo, en el Vendrell. Asegura que en parte, ver a otras mujeres de todos los niveles competir ha hecho que se pierda mucho el miedo. “Antes solo había algunos combates muy profesionales y para alguien que siente curiosidad pero no ha hecho nunca nada, eso echa para atrás. Impresiona. Con las quedadas del movimiento, por ejemplo muchas chicas tienen la oportunidad de ver subir al ring a mujeres de todos los niveles y para muchas es el empujoncito que las lleva a perder el miedo”, explica.

Es el caso de Marta Pedrero y Mariona Planas. Ambas debutaron el pasado mes de enero en la primera cita del año que ha abrazado el movimiento Muay Ying y se han vuelto a encontrar este sábado en el pabellón, pero en este caso acompañando a sus colegas de equipo. Sus historias son muy distintas pero las dos coinciden en las cosas buenas que les ha traído este deporte y su sororidad.

"Ver subir al ring a mujeres de todos los niveles para muchas es el empujoncito que las lleva a perder el miedo”

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"Vencer los tabús"

“Es una experiencia muy enriquecedora. En el campus que hicimos el año pasado todas estuvimos juntas entrenando en un ambiente de muy buen rollo. Aunque después te subas al ring a pelear, el compañerismo es lo que prima”, explica Mariona. Esta joven de 23 años de Vilafranca llegó al Muay Thai tras una mala época y asegura que gracias a él y a la “familia” con la que entrena, ha ganado mucha confianza en sí misma. “Me ha cambiado la vida. He hecho grandes amistades y comparto muchas cosas a diario con ellos”, explica. “Es mucho más que entrenar. Los sábados salimos siempre a cenar después del ‘sparring’”, asegura y no duda en añadir que se lo recomendaría a cualquier chica. “Hay que vencer los miedos y los tabús. Las chicas podemos igual que los chicos”, zanja.

El caso de Marta parte de una motivación distinta. “Siempre me han gustado las artes marciales pero nunca me había interesado especialmente por el Muay Thai hasta que me hablaron del Lara Thai, el gimnasio donde entreno en El Masnou. Fue probarlo y me enamoré”, asegura Marta. El año pasado, esta joven de 34 años de Premià de Mar coincidió con Mariona en uno de los encuentros del movimiento Muay Ying y posteriormente se enfrentaron en el ring. “Tú te subes al ring y lo das todo en la pelea, pero luego te das un abrazo. Nos llevamos todas bien. Pase lo que pase entre las cuerdas”, explica y asegura que sigue trabajando en su objetivo y que no dudará en volver a pelear. “Yo me veo como competidora y quiero volver a luchar para superarme”, dice con ilusión por su próximo combate.

Marta tiene claro que la implicación de gente como Saray Medina es básico para que este deporte siga creciendo entre las chicas. “Aunque aprendes muchísimo entrenando, el movimiento Muay Ying me hizo ver que las mujeres tienen también su lugar en las artes marciales”, asegura.

Lugar que a veces es al lado de los luchadores. Hace 14 años Maria Mirasol, conoció este deporte y ahora es entrenadora. "Ser el referente de las chicas es algo que me enorgullece. Es un triunfo personal para mí aunque al principio me costó ganarme el respeto de los chicos", explica la entrenadora del Club Uppercut de Lleida. Maria es ahora un referente para las más de 30 mujeres que entrenan en su club y lo es igualmente para los chicos a los que lleva, dos de ellos en el cartel de este sábado por la noche.

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