Sara Sorribes recuerda a David Ferrer con la selección española. Del de Xàbia se recuerdan jornadas antológicas en la vieja Copa Davis, sin ir más lejos la maratoniana victoria ante el alemán Kohlschreiber en la Plaza de Toros de València. Y Sara Sorribes, a sus 25 años, comienza a labrarse una leyenda con la Armada en ausencia de primeras raquetas como Paula Badosa y Garbiñe Muguruza, como sucedió el viernes y el sábado ante Países Bajos. La vallera logró el segundo y el tercer punto que dio a España el billete a las Finales de la Billie Jean King Cup, la evolución de la Copa Federación o Fed Cup, por segundo año consecutivo. Una jugadora, la 49 del mundo, que se crece cuando juega en equipo, como ya ha demostrado en varias ocasiones desde su debut en 2015. «Estoy muy feliz. He conseguido jugar bien los dos días. Para empezar en tierra han sido dos partidos muy buenos, me voy con confianza, con ganas de seguir y feliz por haber ayudado al equipo. Llevo tiempo jugando bien esta competición y ojalá que siga así», comentaba. Invicta en dobles, con tres victorias, Sorribes suma en individuales cuatro triunfos y cuatro derrotas con España. Destacan el segundo y tercer punto de la victoria en los playoffs del grupo mundial ante Francia en 2017 (4-0), y su primer punto de la victoria a domicilio ante Japón en 2019 (2-3) que dio el ascenso al grupo mundial. Y sobre todo un año después en Marbella ante el mismo rival, cuando su triunfo ante Naomi Osaka (3-1) abrió el pase a las Finales.