Carlos Alcaraz escribió ayer su nombre en el palmarés del Trofeo Conde de Godó tomando el relevo del anterior campeón, Rafa Nadal. El murciano sigue deslumbrando en el circuito mundial y ayer sumaba el cuarto título de su carrera tras dar toda una exhibición en la final ante su amigo y compañero de la Academia Equelite, Pablo Carreño, al que superaba por 6-3 y 6-2. Los dos finalistas comparten entrenadores en Equelite: Juan Carlos Ferrero dirige a Alcaraz y Samuel López, a Carreño, tienen además el mismo mánager (Albert Molina) y sobre todo, comparten muchas horas de entrenamiento y también de ocio. «Nos conocemos muy bien pero en la pista no hay amigos», avisaba Alcaraz antes del partido. Y así fue, el murciano fue todo un vendaval y solventó la final por la vía rápida. Alcaraz y Carreño tuvieron que enfrentarse a una jornada doble ya que las semifinales que fueron suspendidas el sábado por un fuerte diluvio en Barcelona, se disputaron también ayer por la mañana apenas unas horas antes de la final. Mientras Carreño ganaba su primer partido en el primer turno ante el argentino Diego Schwartzman por la vía rápida (6-3 y 6-4) en 1 hora y 40 minutos, Alcaraz tuvo que luchar durante 3 horas y 39 minutos para alcanzar la final. El murciano se imponía por 6-7, 7-6 y 6-4 al australiano Alex de Miñaur en un partido épico en el que Alcaraz estuvo contra las cuerdas pero en el que una vez más, sacó su carácter ganador para plantarse en la gran final. Con su triunfo ante su gran amigo Pablo Carreño, Alcaraz, que asciende hasta la novena posición en la ATP, suma su tercer título del año (anteriormente ganó también Río de Janeiro y el Masters 1000 de Miami) y el cuarto de su carrera (en 2021 había ganado también en Umag).