Más allá de los altibajos y los sinsabores que ha tenido la temporada, si algo ha quedado demostrado a lo largo del curso y manifestado con gran intensidad en los últimos días es que la simbiosis equipo-afición ha sido total. Futbolistas y cuerpo técnico han conseguido conectar sentimentalmente con el pueblo de Mestalla en la victoria y la derrota. Después de caer con honores en la final de la Copa del Rey, numerosos aficionados quisieron arropar a los suyos en su regreso a Valencia.

El equipo se encontró una nutrida representación de seguidores primero a mediodía en el aeropuerto de Manises. Engalanados con bufandas e indumentaria valencianista, los aficionados allí congregados vitorearon a los futbolistas y les agradecieron el esfuerzo realizado en el césped de La Cartuja para traer a Mestalla la novena Copa del Rey de la historia de la entidad blanquinegra. No pudo ser, pero el valencianismo quiso estar con los suyos para mostrarles su respeto a pesar de la derrota.

En la expedición las caras eran muy largas, de pena, pero con muecas de orgullo al contemplar el apoyo de los aficionados apenas 12 horas después de sufrir tan severo varapalo. Los protagonistas respondieron a los cánticos con saludos y en algunos casos con fotos y autógrafos. José Bordalás, que ya destacó en la rueda de prensa previa a la final la emoción que le había suscitado la despedida al equipo en Manises y el recibimiento en la capital hispalense se detuvo para forografiarse con todo aquel que se lo pidió y para agradecer que también en la derrota la afición estuviese entregada a los suyos, más todavía en un momento en el que, tal y como dijo el propio Bordalás, tenía que tratar de «levantar la moral» de los suyos cuando todavía quedan cinco partidos de liga por delante para dar concluida totalmente la temporada a pesar de que el equipo se ha quedado en tierra de nadie en la clasificación liguera.

No quedaron aquí las muestras de unidad. El autobús que recogió a los jugadores a la salida del aeropuerto les llevó a la Ciudad Deportiva de Paterna, donde los futbolistas tenían aparcados desde el viernes sus vehículos personales, y allí también se encontraron valencianistas de diferentes generaciones aguardando su llegada para volver a brindarles muestras de apoyo y de respeto, también cuando se fueron en sus coches.

Lo que pudo ser una jornada de festejo en caso de victoria acabó siendo una de agradecimiento y respaldo a los protagonistas de la dura derrota en territorio sevillano, donde también estuvieron muy bien arropados. En un momento complejo y turbulento de la historia de la entidad, la afición ha dado el ‘do’ de pecho toda la temporada con los protagonistas sobre el césped.