Después de no viajar a Nottingham por el escaso tiempo que llevaba en la ciudad, en Castalia llegó el debut de Samu Lino como jugador del Valencia CF. El extremo brasileño dejó una buena carta de presentación en sus primeros minutos como blanquinegro. No cuajó una actuación excesivamente determinante, pero sí dejó destellos de calidad y una premisa muy clara en su juego: es un futbolista descarado y que no se lo piensa dos veces a la hora de armar la pierna. Prácticamente todo el peligro que ofreció el equipo en el partido salió de sus botas.

Después de una primera parte muy ramplona y sin atractivo por parte del equipo, su entrada al campo pasada la hora de juego agitó algo la coctelera. Partiendo siempre desde el perfil izquierdo, el joven futbolista se entendió bien con Gayà, tanto a la hora de combinar en el dos contra uno como en la ocupación de espacios. El extremo cedido por el Atlético es un jugador al que le gusta meterse por pasillos interiores y buscar ensayar el disparo. El primero del equipo corrió a su cargo tras un control elevado con la izquierda y un golpeo con la derecha.

El equipo hizo cambios, empezó a vivir más en campo contrario con Guillamón y Soler y su presencia cerca del área se intensificó. Cerca del minuto 80, de hecho, dejó la mejor ocasión del Valencia en el partido después de tirar un latigazo desde la frontal que repelió el portero.

Tendría tiempo para una más siguiendo el mismo patrón. Recepción a pierna cambiada, breve conducción y golpeo. Unas credenciales que encajan con lo que Gattuso pidió para sus diezmadas bandas y que tratará de explotar para convertir a Lino en un refuerzo muy prolífico para el equipo esta temporada.

El partido del Valencia CF en Castalia dejó en evidencia que a esta plantilla no le da para ser competitiva. Lo que debía ser un encuentro relativamente sencillo y que sirviese para la reivindicación de los menos habituales acabó siendo un baño de realidad, hay jugadores que no dan el nivel para vestir la blanquinegra y que se mostraron impotentes contra un combinado de Primera RFEF (tercera categoría).

La necesidad de fichajes es imperiosa, en todas las líneas. Desde la defensa hasta la delantera pasando por los extremos. En la primera mitad, además de no inquietar la portería rival, el equipo sufrió tanto con la pelota como sin ella. En la medular un error de Uros Racic, que nunca ha jugado de pivote y que le falta la pericia táctica y la agresividad para hacerlo, acabó suponiendo el gol castellonense. Gennaro Gattuso dio descanso a sus tres centrocampistas de confianza y el equipo se cayó por completo, incapaz de imponer su ley y de abortar las transiciones del Castellón, que se presentaba en el tercio rival muy fácil.

El equipo pide a gritos un fondo de armario más fiable para la medular y es que a día de hoy tiene a Guillamón como único ‘6’ y no tiene ningún futbolista de corte organizativo, teniendo solamente cubierto por completo el rol de ‘box to box’ en las figuras de Yunus y Carlos Soler. A la plantilla le faltan perfiles y una rotación más sólida que evite una brrecha tan grande entre titulares y suplentes, máxime cuando Gattuso planea jugar con tres futbolistas en el medio y tendrá lesionados, sancionados...

No queda atrás la necesidad de reforzar la defensa. la actuación de Cömert volvió a decepcionar por su endeblez y por lo fácil que fue penetrar por su derecha en un flanco en el que también estuvo muy errático Foulquier. La retaguardia pide a gritos un fichaje que eleve el nivel de las rotaciones y que ofrezca garantías.