Enric Rojas, el CEO de Kosmos, admitió abiertamente en la rueda de prensa que dio el pasado domingo junto a David Ferrer, que en València le habían hecho llegar ya el interés por acoger las Fases Finales de la Copa Davis a partir de 2024, fecha en la que ya no tiene contrato Málaga y en la que está previsto que esté terminado el nuevo pabellón. Un hecho de vital importancia para que la ciudad pueda aspirar a ganar a otras candidatas que se puedan presentar, pero que deja la posibilidad de acogerlas ese año en el aire después de que el director general del Casal España Arena de València, Víctor Sendra, afirmara el martes en el programa ‘Hoy por hoy, Locos por València’ de la Cadena SER, que espera que «el Arena arranque a finales de 2024».

Con las Finales fijadas en el calendario para noviembre y pese al esfuerzo extra de Juan Roig para que las obras no paren pese al aumento de los costes, los tiempos son a priori demasiado justos para contar con las Finales de la Davis ese año en el Casal España Arena. Un escenario que obliga a pensar en La Fonteta como alternativa al menos para ese primer año, pero que conlleva una serie de desventajas competitivas respecto al resto de candidatas que pueda haber.

Y es que pese al éxito de la primera edición de la Fase de Grupos que se disputó en La Fonteta del 13 al 18 de septiembre, las Finales de la Copa Davis traen consigo un pliego de condiciones más exigente, empezando por un aforo mínimo que de 10.000 localidades que no cumple La Fonteta, con un máximo de 8.000. Una situación que podría no ser insalvable a tenor del precedente en el Madrid Arena -con 9.135 localidades de aforo máximo-, aunque para llegar a esta excepción por parte de la organización, habría que cumplir el resto de condiciones y superar a las otras ciudades candidatas, que podrían partir ya con cierta ventaja.

Y es que en el caso de las Finales, son ocho países los participantes en lugar de los cuatro que hay en la Fase de Grupos, lo que obliga a contar con más instalaciones disponibles, pistas de entrenamientos, vestuarios, una mayor sala de prensa y más necesidades logísticas de las que había este año en La Fonteta.

Una situación que compensa en gran medida la polivalencia y las posibilidades que ofrece L’Alqueria del Basket, pero que coincidiría también con una época del año la que tantos los primeros equipos del Valencia Basket como el resto de la cantera, estarían ya disputando competiciones oficiales, algo que no ocurre con las Fases de Grupos de noviembre.

Contrato condicionado

València tiene firmados dos años y hay un acuerdo por otros tres, en los que se pueden cambiar determinadas condiciones del mismo, en función de si se disputa la competición en uno u otro pabellón y si se acoge la Fase de Grupos o una Fase Final, al margen de otros aspectos.

El primer condicionante, eso sí, es que España esté clasificada cada año, ya que la competición se disputa siempre en casa de un equipo anfitrión. Para repetir el próximo año, por tanto, el equipo español debe lograr uno de los dos billetes que se reparten en las Finales de este año o clasificarse en 2023 en las llamadas ‘Qualifiers’ que se disputan en marzo, como ocurrió el año pasado al ganar a Rumanía por 3-1 en Marbella.