Un Valencia competitivo, valiente de inicio y algo dormido en el segundo tiempo, se marchó del Pizjuán con el peor desenlace posible. No derrotado, con un punto en el bolsillo, pero con dos perdidos después de una nueva muestra más de competitividad. Gattuso acertó en el once, clavó lo que iba a suceder en ese arranque y dejó claro que sabe aprovechar los recursos. Sin embargo, y a pesar de que la mejoría con respecto al pasado más cercano continúa, el final acabó dejando un regusto amargo. Gayà se plantó en el minuto 100 delante de Bono para ganar el partido en un penalti que acabó mal. Otra vez la moneda salió cruz.

La primera fue para dentro. Así empezó el partido para el Valencia. Y además dándole la razón a Gattuso con su planteamiento inicial. Foulquier llegó y besó el santo con una asistencia dirección a Cavani para prolongar la racha del uruguayo. El ‘7’ recibió el balón perfecto para aprovechar la indecisión de Bono, que no pudo hacer nada por evitar el 0-1. El contexto fue perfecto para un equipo que llegaba con dudas tras el 2-2. No tanto por la dinámica pero sí por la presión de ese empate contra el cuadro ilicitano tras una segunda parte para el olvido.

Con el 0-1, el equipo de Gattuso se encontró cómodo. Dominó con balón y además estuvo cerca de hacer el segundo de la tarde tras un error de Carmona que provocó incluso su cambio. Con el cambio el Sevilla mejoró ligeramente. Tanto que tuvo que aparecer la mejor versión de Mamardashvili unos días después de su error contra el Elche en casa. Si hace unos días en Mestalla pidió perdón a Gattuso, en el Pizjuán demostró su tónica habitual. El portero que es. Una parada de escándalo a Rafa Mir que tuvo además un segundo ‘round’ con otra mano para el recuerdo tras un remate de córner.

Sin embargo, tras el descanso, el equipo empezó a sufrir. No por ocasiones claras de un Sevilla con más intención que acierto pero sí porque se notaba ese ‘cambio’ a mejor del conjunto local. En una de esas, Rafa Mir hizo el tanto del empate pero fue anulado.

Gattuso metió a Kluivert y Marcos André por Lino y Cavani pero los cambios no surtieron efecto y el Sevilla estuvo cerca del empate que al final consiguió. Kike Salas prolongó un córner para que Lamela hiciera el empate ante un Pizjuán que explotó al completo. De nuevo una segunda parte para borrar del mapa. De nuevo dos puntos que volaban. Pero iba a ser más triste.

En el descuento un error de Navas puso a Kluivert dirección a Bono y ahí comenzó un ‘nuevo partido’. El holandés encaró, recibió una tarascada tremenda de Papu Gómez y al levantarse buscó el pase para ver cómo la jugada acababa en un cúmulo de decisiones sin fin. Primero la roja a Papu Gómez por falta como último hombre. Después, el árbitro fue llamado por el VAR, penalti, roja anulada a Papu Gómez y expulsión de Kike Salas. Y ahí se plantó Gayà delante de Bono. Mano a mano. Pero el capitán, a pesar de una muestra más de su valentía y de haber salvado unos segundos antes al equipo en un córner, lo falló ante el acierto del meta marroquí. Y de ahí al pitido final pasaron unos segundos que no sirvieron para calmar el enfado por ver cómo dos puntos se escapaban de nuevo.