La selección española comenzó su andadura en el Europeo de Eslovenia, Macedonia y Montenegro con una clara derrota (30-23) ante el equipo montenegrino, en un encuentro en el que mostró en los primeros veinte minutos todas sus carencias en ataque. Un problema al que sumar la lesión de la portera valenciana Silvia Navarro, santo y seña del conjunto español, que tuvo que abandonar la pista a los 28 minutos cojeando y entre lágrimas tras dañarse en una rodilla.

La diferencia no dejó de ampliarse hasta alcanzar una máxima de ocho (22-14), que hizo un mero trámite el cuarto de hora final. España solo logró maquillar el resultado y, antes del duelo lunes con Polonia, está pendiente de la rodilla de Silvia Navarro. Se teme que sea grave.