FÚTBOL FEMENINO

El Mundial femenino: desafíos e incógnitas

Australia y Nueva Zelanda acogen este año la competición con el reto de superar el éxito de Francia 2019

El Mundial femenino: desafíos e incógnitas.

El Mundial femenino: desafíos e incógnitas.

Inés Sánchez

El 2022 cerró con el Mundial de Qatar, el del silencio, aquél que nadie iba a seguir por celebrarse en un país que no respeta los derechos humanos y que batió casi todos los récords de audiencia. Y el 2023 dará paso, siete meses después, al noveno Mundial femenino, el que casi siempre suele ser el de las reivindicaciones.

Será difícil en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda superar un 2022 histórico para el fútbol femenino, que sobrepasó sus propias expectativas para firmar números de asistencia sin precedentes. Primero lo hizo el FC Barcelona, firmando un récord de 91.648 aficionados en el Camp Nou y después llegó la Eurocopa, e Inglaterra volvió a demostrar su firme apuesta. Las calles se inundaron con el icónico ’Football is coming home’ y los aficionados llenaron dos estadios míticos del fútbol inglés, Old Trafford y Wembley. Alrededor de 365 millones de espectadores siguieron la competición desde sus casas y más de medio millón abarrotaron los estadios. “Por como se vive el fútbol en Inglaterra pudimos ver un incremento en las audiencias bastante grande, pero ya no van a descender”, explica la exseleccionadora sub 17, Toña Is, a EL PERIÓDICO, del grupo Prensa Ibérica.

Inglaterra tenía el Mundial de Francia como ejemplo, un torneo que marcó un antes y un después en la historia de los mundiales y del fútbol femenino. De la invisibilidad y del césped artificial de Canadá se dio paso a la profesionalidad en 2019. Francia prestó los mejores estadios y los medios de comunicación respondieron con un seguimiento informativo desconocido hasta entonces y que sumó 1120 millones de espectadores. “Francia dotó de toda la logística necesaria para que las selecciones disputasen con garantías un evento de este tipo; va a ser difícil poder superarlo en este sentido”, afirma la entrenadora.

El Mundial de Australia y Nueva Zelanda tiene un reto difícil tras lo vivido en Francia, pero aspira a ser el mejor desde el punto de vista deportivo. Cuenta con cinco años de ventaja, cinco años con un crecimiento exponencial. El fútbol de hoy es bastante distinto al que había en 2019, las mujeres pasaron de ser lo último en la lista a ser una de las prioridades de los clubes. “Las jugadoras son más profesionales, con mejores condiciones, con más y mejor preparación. El nivel futbolístico será altísimo”, explica Vero Boquete, jugadora de la Fiorentina, a EL PERIÓDICO. 

El objetivo de la FIFA es que cada vez sea más similar al de sus homólogos masculinos. Y por primera vez, las selecciones tendrán bases operativas, una segunda casa durante el Mundial, y participarán 32 equipos, el doble que en su primera edición. “Quizás a nivel mediático no será tan brutal como el de Francia porque el cambio de horario en Europa puede condicionarlo un poco. En Australia y Nueva Zelanda será distinto porque para muchos viajar hasta allí será imposible”, asegura la jugadora de la Fiorentina.  

España, sin sus ‘estrellas’

La selección española jugará su tercer Mundial, por ahora, sin 18 de las 23 internacionales que acudieron a la Eurocopa. Las futbolistas se plantaron ante el cuerpo técnico, pidiendo más profesionalidad y ambición. “No sé si todas estarán en el Mundial, lo dudo mucho.. pero sí creo que se llegará a un acuerdo que acepten ambas partes. Luego, serán decisiones individuales las que determinen cuántas y quienes estarán en esa selección”, explica Vero Boquete. 

Por ahora, no estarán sus tres capitanas: Alexia Putellas, Irene Paredes y Jenni Hermoso. Ni tampoco las otras 15 internacionales que enviaron el correo electrónico a la federación: Aitana Bonmatí, Ainhoa Moraza, Amaiur Sarriegi, Andrea Pereira, Claudia Pina, Laia Aleixandri, Leila Ouahabi, Lola Gallardo, Lucía García, Mapi León, Mariona Caldentey, Nerea Eizaguirre, Ona Batlle, Patri Guijarro ni Sandra Paños. “El equipo pierde nivel, calidad, competitividad, liderazgo, carácter… pero también respeto internacional. No sería justo para nadie el no poder disfrutar de algunas de las mejores jugadoras del mundo” afirma Vero Boquete. 

Vero Boquete, jugadora de la Fiorentina

La apuesta de la federación está un paso atrás de selecciones como Estados Unidos, Inglaterra o Francia. “Falta que quienes dirigen y gestionan nuestro deporte tengan la misma ambición, convicción, ganas y nivel que las futbolistas. Se necesita una estrategia de fútbol femenino, unos objetivos a corto, medio y largo plazo.. y de ahí, exigir resultados. Quien no esté a la altura, sea en el cargo que sea, incluidas jugadoras, debe quedarse fuera” explica Vero Boquete. 

Las futbolistas de la selección, por nivel deportivo, están a la altura de las últimas vencedoras. Prueba de ello es que entre estas 18, hay varias campeonas de Europa, pero los resultados no llegan. “Falta una apuesta definitiva tanto de cuerpo técnico como de infraestructuras. Se apuesta pero no de verdad, es como si estuviéramos a medias”, declara Toña Is. 

La realidad es que, en los siete años de Jorge Vilda, la selección todavía no ha ganado una eliminatoria. “Hay calidad de sobra para meternos entre las mejores, creo que si no sería otro fracaso, además en este mundial la fase de grupos y el cruce es relativamente fácil”, explica la ex entrenadora de la sub-17. A falta de siete meses, aún reina la incógnita en la selección, pero los resultados no pueden esperar más. “España (con las 15 o sin las 15) tiene nivel para ganar alguna eliminatoria contra las mejores selecciones. Y con todo el equipo al completo tiene nivel para ganar el mundial” finaliza Vero Boquete. 

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