Mundial de MotoGP

Márquez trata de sobreponerse al desconcierto que hay en Honda

Los primeros entrenamientos de pretemporada han demostrado que la firma alada, campeona durante décadas, vive su peor crisis y se muestra, de momento, incapaz de ofrecer a su piloto estrella una moto ganadora

El piloto español de Honda Marc Márquez.

El piloto español de Honda Marc Márquez. / Alejandro Ceresuela

Emilio Pérez de Rozas

Si ustedes visionan, a partir de la próxima semana, la docuserie ‘Marc Márquez: ALL IN’, de cinco apasionantes y vibrantes capítulos, en los que se cuentan con imágenes y audios inéditos, exclusivos, a veces, estremecedores, el año de sacrificio, operación y recuperación del campeón de Cervera (Lleida), entenderán la frustración que ha vivido estos días el líder de Honda al comprobar, tras tres días de ensayos en Sepang (Malasia), que el duro sacrificio que él ha protagonizado para alcanzar el nivel físico y mental de sus mejores años, no tiene, de momento, correspondencia alguna con las cuatro motos que Honda, su fábrica de siempre, puso en sus manos, el pasado fin de semana, en el debut de las pruebas definitivas para el arranque del Mundial de MotoGP, a finales del próximo mes de marzo, en Portimao (Portugal).

Los silencios de Marc

El primer capítulo, el primer minuto, el primer instante, la primera imagen de la docuserie televisiva sobre MM93 arranca con el piloto catalán intentando evitar llorar (bueno, en realidad, llora, sí) al reconocer que estuvo meditando, muy en serio, retirarse “porque no sabía si tanto, tanto, sacrificio, valía la pena”. No se retiró, se operó por cuarta vez, en EEUU y volvió a correr y a subirse al podio. Y, después, ha vivido un invierno en el gimnasio, poniéndose en forma, musculándose para, al llegar a Malasia, comprobar que su moto del 2023, de momento, no existe, y es, simplemente, la del 2022 retocada. Pero Márquez se ha mordido la lengua y continúa confiando en Honda. “No emitiré un juicio sobre la pretemporada hasta que acabe, el próximo 12 de marzo, en Portimao”, dijo lacónicamente antes de abandonar Malasia.

“Empecé con cuatro motos, seguí con tres, dejé dos para el último día y, al final, trabajé, definitivamente, con la que creemos puede ser la moto o el proyecto definitivo de este año”, comentó Márquez tras tres días de ensayos en los que, ni de mucho (se quedó siempre a más de medio segundo y acabó siendo, de nuevo, la mejor Honda, en 10ª posición), se acercó a los tiempos de todas las Ducati y Aprilia, que han dominado, a placer, las tablas de tiempo, mostrándose todos sus pilotos muy satisfechos de la evolución. “La moto del 2023 ya es, casi, casi, tan competitiva como fue la del 2022, con la que gané el título”, dijo satisfecho y orgulloso el campeón ‘Pecco’ Bagnaia.

Marc Márquez, a los mandos de una de las cuatro Honda RC213V que utilizó en Malasia.

Marc Márquez, a los mandos de una de las cuatro Honda RC213V que utilizó en Malasia. / Alejandro Ceresuela

“Y la moto que escogí finalmente no es, ni mucho menos, con la que se puede pelear por la victoria o el podio en este Mundial. No es una moto campeona, así que Honda deberá, ahora, analizar toda la información que les he suministrado y trabajar duro para dar uno o dos pasos más, que ya era lo que había dicho en Valencia, en el último test del 2022, para que podamos competir contras las demás motos, que parecen haber progresado de forma muy notable. Con la moto escogida es difícil, muy difícil, pelear por los cinco primeros puestos de MotoGP”.

Márquez, que se mostró sumamente contento y orgulloso de que “durante estos tres días mi forma física ha sido perfecta, a la altura de mis mejores años, pues ya puedo hacer lo que quiero con la moto y no me canso tras las sesiones”, señaló que durante los tres días de Sepang en ningún momento se ha preocupado por conseguir un buen crono. Es más, los neumáticos de calificación se quedaron sin estrenarlos “pues había tanto, tanto, trabajar por hacer, tantas cosas por probar, que decidimos no buscar tiempo alguno y conseguir la mayor información posible para que el equipo técnico trabaje de cara a Portimao”.

Nuevo jefe técnico

El equipo técnico de Honda está liderado desde hace algunos meses por el ingeniero japonés Ken Kawauchi, con el que Suzuki y el mallorquín Joan Mir fueron campeones del mundo de MotoGP. Alberto Puig, ‘team manager’ del equipo Repsol Honda, fichó a Kawauchi cuando supo que Suzuki se retiraba del mundial. En teoría, Kawauchi deberá cubrir el puesto de Takeo Yokoyama, que sigue vinculado al departamento de competición de la firma alada (HRC), pero en Japón.

“Kawauchi, el nuevo jefe técnico del equipo, me ha pedido, por favor, que trabajase duro durante estos tres días para probarlo todo, incluso aquello que no funcionaba y que ya probamos el pasado año”, ha explicado Márquez. “Y es que Kawauchi quiere comprobarlo todo por sus propios ojos y, por tanto, como soy el piloto que mejor y más conoce esta moto, el jefe me ha pedido que haga ese trabajo y yo lo hago, pues lo que quiero es tener una moto competitiva, ganadora, cuando acaben los últimos ensayos en Portugal”.

"Empecé con cuatro motos y, al final, me quedé solo con una, pero esa moto no es ganadora y deberá mejorar mucho para ser competitiva" Marc Márquez / Piloto oficial del equipo Repsol Honda

El desconcierto, la desesperación o la crisis de Honda, que se alarga ya durante meses y meses, llegó al extremo de que ayer le pidieron a Márquez que diese unas vueltas con la moto sin aerodinámica, es decir, sin alas. Y lo hizo, claro, sin entender muy bien por qué. "No tenemos tiempo de llevar tres motos a Portimao. Era importante tomar una dirección. La que elegimos es muy similar a la de Valencia (test), con los mismos problemas. Y ahora ya toca resolver esos problemas, aunque no sé cómo", exige el campeonísimo.

El líder de Honda, que ya cuando acabó el año en aquel test de Cheste, advirtió que, si Honda no se ponía las pilas “pues necesitamos dar uno o dos pasos más”, sería imposible competir con las marcas europeas (Ducati, Aprilia y KTM) “que no cesan de innovar” y, por tanto, no se podría aspirar a recuperar el título mundial conquistado por la firma italiana de Borgo Panigale y Bagnaia.

"Tenemos los mismos problemas del año pasado”, insistió Márquez antes de coger el avión de regreso a Madrid donde, el próximo domingo, presentará a lo grande su docuserie. “La velocidad punta no es mala, pero tardamos demasiado en llegar a esa punta, y eso es cosa de la tracción. En Europa, con rectas cortas, nos será difícil. Y en frenadas de gran velocidad también necesitamos parar mejor la moto para ser más constantes. En la frenada de la primera curva perdemos una décima y media o dos respecto de las Ducati".

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