Valencia CF: El eterno sinvivir

El equipo de Baraja no remata la permanencia al caer ante el Mallorca, y se jugará la salvación contra el Espanyol. El duelo deja para el recuerdo el gesto de Diakhaby, que no posa con la pancarta contra el racismo por el olvido de su denuncia en el caso Cala

Vicent Chilet

Vicent Chilet

La salvación matemática del Valencia deberá esperar, después de caer derrotado en Mallorca en un encuentro que demuestra que en la pelea por la permanencia está prohibido especular. El conjunto de Rubén Baraja no hincó el diente a su rival en las fases de superioridad de la primera parte y pagó el exceso de confianza tras la reanudación cuando Javier Aguirre recompuso la pizarra al devolver a Kang In Lee a la mediapunta. El surcoreano, una de tantas víctimas de la descomposición deportiva del club de Mestalla, sería decisivo al asistir a Muriqi en el gol de la victoria. El Valencia deberá ganar en Mestalla al Espanyol, que se juega la vida, para certificar matemáticamente la salvación.

Un partido que, más allá delnefasto resultado, será recordado por una imagen, por el gesto silencioso, digno y valiente de Mouctar Diakhaby. En plena oleada por la dimensión mundial que ha adquirido el ataque racista que Vinícius Junior sufrió en Mestalla, el central franco-guineano decidió no tomar parte de la pancarta patrocinada por la Federación, la Liga y el gobierno, con el lema ‘Racistas, fuera del fútbol’. Diakhaby decidió situarse de manera visible detrás del grupo formado por futbolistas y árbitros. Fue el gesto simbólico con el que Diakhaby quiso recordar la incomprensión que generó su denuncia por racismo, hace dos temporadas, cuando denunció un insulto racista del jugador del Cádiz Juan Cala que quedó archivado sin ninguna consecuencia y con conclusiones como “tal vez entendió mal la frase” (negro de mierda). En la soledad de su verdad, ‘Diakha’ no olvida. Ninguna multinacional hará de su gesto una campaña. Ningún presidente interrumpirá su presencia la cumbre del G7 para mostrarle su solidaridad, ni en la ONU se comparará su caso con el de George Floyd.

La sorprendente disposición de salida de Javier Aguirre, con Kang In Lee situado de carrilero zurdo, enseñó al Valencia una grieta clara por la que volcar el juego. Al surcoreano, un portento técnico, le falta oficio defensivo y más si le encara un tipo tan habilidoso como Samuel Lino, que a los diez minutos de juego ya le había sacado una amarilla. En los gestos de Kang In Lee, un futbolista que transmite de forma cristalina sus estados de entusiasmo y frustración, se delataba el nerviosismo de una tarde que se le podía hacer muy larga. En la segunda parte, Aguirre devolvió al exvalencianista a su hábitat natural y el encuentro cambiaría radicalmente para volver a sonreír.

El salto clasificatorio de las victorias agónicas del Valencia en Vigo y contra el Real Madrid han supuesto una clara evolución en el juego del equipo de Baraja. Más asentado, con más confianza para madurar la jugada, sin tener que recurrir tan frecuentemente al fútbol directo. El Valencia se apoderó con personalidad del dominio territorial. Aunque no fue hasta la media hora cuando los visitantes gozaron de su primera acción de peligro. Una internada de Samu Lino, pivoteada por Hugo Duro, acabó en un claro pase que, rebotado en una pierna rival, llegó algo forzado a Diego López, muy despierto para adivinar el envío, pero que remató como pudo, con la espinilla.

Aguirre, perro viejo, mandó regar el césped a pesar de haber llovido durante el día y volver a arreciar a partir del minuto 35. Bajo la tormenta, el juego se equilibró y el Mallorca pudo desplegarse y hasta inquietar a Mamardashvili, como en el remate de Amath tras una escapada de Kang In Lee. El Mallorca se llenó de tarjetas y algunas se quedaron con posible revisión, como en la dura entrada de Dani Rodríguez sobre Gayà, que aguantó con el tobillo dolorido el resto del partido.

La recomposición táctica del Mallorca, con Kang In Lee más adelantado, transformó al Mallorca en la segunda mitad, mucho más protagonista ante un Valencia que parecía hacer cuentas con el empate. Justin Kluivert, pese al delicado momento personal tras ser informado en Palma del atraco con violencia en su domicilio sufrido por su pareja, salió de revulsivo a falta de 25 minutos, junto a Samu Castillejo. Pero mientras los dos futbolistas estaban quitándose el chándal, el Mallorca golpeó de la manera más temida, con su conexión corano-kosovar. Una internada de Kang In Lee con un centro de seda a la cabeza de Vedat Muriqi, que batió a placer a Mamardashvili.

Al Valencia, demasiado especulativo, le tocó arriesgar ante un Mallorca bien replegado y muy cómodo bajo la lluvia.A contracorriente, aún la iba a tener el Valencia, por mediación de Justin Kluivert, siempre inspirado. El neerlandés condujo en diagonal hasta encontrar entre las piernas rivales el disparo al palo corto de Rajkovic. El meta serbio, sin apenas visión, sacó una gran mano abajo para evitar un gol casi seguro. Con Cavani y Alberto Marí como últimos revulsivos, el Valencia apenas inquietó a un Mallorca muy compacto y lleno de oficio.