El Real Madrid salva el empate en Pamplona con polémica

Si el madridismo quiere armar conspiraciones, tiene argumentos para hacerlo. Da igual que sean aciertos arbitrales. Una roja en la primera mitad y un claro penalti señalado por el VAR alimentarán esa teoría victimista que alientan desde el club señalando a los árbitros. Antes del comunicado contra el cuerpo arbitral al Real Madrid le habían señalado 10 penaltis a favor, cero en contra y le habían expulsado dos jugadores suyos, por tres del rival. Desde que hizo público el comunicado suma cero penaltis a favor y dos en contra, mientras que ha visto cómo expulsaban a Bellingham por ningún rival. Según el acta, Bellingham le dijo «fuck you» al colegiado, y el penalti fue indiscutible. Uno de esos penaltis del neofútbol como el que le pitaron en el derbi ante el Atlético, pero penalti en este fútbol del VAR. Plancha y pisotón de Camavinga, más por inercia que por intencionalidad. Penalti claro. Además, por si fuera poco, tanto colegiado como VAR no quisieron hacer más daño al Madrid y perdonaron la expulsión a Mbappé por un claro codazo sobre Moi Gómez en el minuto 90’.

Quince minutos tardó el Real Madrid en confirmar que se había tomado en serio el partido de El Sadar. Perdonó Vinicius, que anda con la cabeza en otras cosas, pero cuando Valverde clavó un centro raso en el primer palo, allí apareció Mbappé para batir a Sergio Herrera.

Y entonces ocurrió algo decisivo. Una jugada en el minuto 39 en la que aparentemente no ocurrió nada terminó con Munuera sacando la roja a Bellingham ante la sorpresa madridista. El colegiado y el jugador mantuvieron un diálogo que acabó en la expulsión del madridista, por un menosprecio. Si el ambiente estaba tenso, mucho más se calentó en el minuto 56 después tras un remate de Juan Cruz desviado por Camavinga, el francés pisó al rematador con la inercia de la jugada. Budimir anotaba el empate de penalti y Osasuna logró mantener el resultado hasta el final. n