Mestalla le recuerda al mundo su grandeza

Seis años habían pasado desde la última vez que la Selección Española de Fútbol disputó un partido oficial en Mestalla. Un largo lustro para una ciudad de València que respira fútbol por los cuatro costados, que siempre genera el mejor ambiente posible, y que ayer cumplió e incluso superó todas y cada una de las expectativas que se habían generado en torno al feudo valencianista, que no son precisamente bajas.

El partido era de esos que se empiezan a jugar antes del pitido inicial, y que requiere de una afición entregada que lleve en volandas a su equipo. Mestalla conoce a la perfección la receta para ser diferencial, lo es en cada partido del Valencia CF, pero este domingo le tocó serlo con la selección nacional y no falló, recordándole al mundo del fútbol toda su grandeza y por qué es uno de los estadios con más magia de Europa.

València se hizo notar desde mucho antes del partido, con un recibimiento de los que permiten salir a los jugadores con una marcha más. Los aficionados valencianos demostraron las ganas de ver a la Selección con una actitud propia de los días grandes del Valencia CF como local.

Miles de personas arroparon a los chicos de Luis De la Fuente en su llegada con el autobús y pudieron notar el cariño de todos como último aliento antes del trascendental partido. Sobre el césped se notó. La mejor respuesta de los jugadores fue el despliegue físico durante 120 minutos.

El país neerlandés atacó en el partido de ida de los cuartos de final de la Nations League con un tifo que recordaba el gol que Van Persie le marcó a España en la goleada por 5-1 del Mundial de 2014, en el que la roja ni siquiera pasó de fase de grupos.

El ataque tenía fácil respuesta y se dio en Mestalla. Minutos antes del partido, en los videomarcadores se reprodujo en bucle (tres o cuatro repeticiones) el gol que marcó Andrés Iniesta en el minuto 116 de la final del Mundial de 2010 que España le ganó a Países Bajos. Se suele decir que quién ríe último ríe mejor, y cuando Mestalla ríe, el impacto es mayúsculo.

120 minutos perfectos

Durante los 90 minutos reglamentarios, el comportamiento de la grada fue sobresaliente. Ambiente atronador superando todos los decibelios. A destacar el episodio de Huijsen: los miles de neerlandeses desplazados pitaron al joven central con nacionalidad de Países Bajos y española, pero el público valenciano enmudeció esos pitos con un descomunal aplauso cada vez que el jugador del Bournemouth tocaba el balón. Huijsen devolvió el cariño con una magistral asistencia en el tercer tanto.

No era un partido del Valencia, pero Mestalla debe seguir con su protesta en contra de la mayoría accionarial del club, y el minuto 19 volvió a ser el espacio perfecto para una sonora protesta a grito de «Peter vete ya», de los más ruidosos de los últimos partidos. Las pancartas amarillas con el mensaje Lim Go Home pudieron verse por toda la grada, incluso en el bando neerlandés, que desde el primer momento demostró su asombro por Mestalla y su mística.