Historia del Valencia CF
Qué fue de Kurt Welz tras su paso por el Valencia CF: "Quizá nací 10 años antes"
El exdelantero austriaco, recordado en Mestalla por ser el icono de la 'maldición del 9' en la historia del club y también por su incuestionable profesionalidad en aquel equipo de los 80, vive feliz a los 70 años en su retiro de los Alpes Austriacos
"España es el paraíso", aseguró con su bigote de toda la vida en una entrevista a un periódico alemán el que fue 'bota de plata' con el Az Alkmaar la temporada anterior a la de su llegada al Valencia CF

Kurt Welz, ante Migueli. / ED

Kurt Welz (Viena, 1954) dejó huella en Mestalla pese a ser un delantero con pobres registros goleadores. En el recuerdo de quienes le vieron jugar queda el de un atacante que se quedó muy lejos de las expectativas creadas, pero también el de un jugador simpático por su estética de juego y su incuestionable honradez. Quiso pero no pudo. Kurt fue un ‘9’ bregador que solía llegar tarde al remate y que se lamentaba de sus continuos errores levantando los brazos, con más aspavientos que goles.
En el Valencia CF dejó sello de esa voluntad fallida y de una leyenda que, como se supo después, era una realidad: una miopía le obligaba a jugar con lentillas, lo que ayudó a convertirle posiblemente en el icono de esa 'maldición del 9' que ha perseguido al valencianismo. Eso y una calidad humana intachable, como recuerdan los que compartieron vestuario con él. También un emblemático bigote, que todavía luce hoy a sus 70 años de edad en su retiro en el Tirol, en los Alpes Austriacos, donde dice "estar muy bien" en una entrevista al diario alemán 'Der Standard'.
Mejor con Austria
Welz (Güelz para la grada) llegó al Valencia CF en la temporada 81-82 como sustituto del uruguayo Fernando Morena y con el aval de haber sido ‘bota de plata’ con el AZ 67 de Alkmaar la temporada anterior. En Mestalla, el suplente del barcelonista Krankl en aquella flamante selección de Austria que jugó dos mundiales consecutivos (1978 y 1982), no llegó a integrarse. En la primera temporada anotó 9 goles (15 en total) en la liga y en la grada se creó un continuo runrún con sus errores clamorosos. Su actuación con Austria en el Mundial de España’82, sin embargo, fue mucho mejor, dejando para el recuerdo un golazo ante Argelia.

Kurt Welz, actualmente, con 70 años. / Der Standard
Cuando su marcha ya estaba decidida, la lesión de Arnessen le permitió continuar una temporada más en Mestalla en la temporada del regreso de Kempes (82-83). Solo marcó 3 goles en 15 apariciones y terminó fichando por el Gent belga en aquel curso agónico para el valencianismo, que pudo celebrar la permanencia gracias al gol de Tendillo.La mejor actuación del austriaco había sido ante el Banik Ostrava, en Mestalla, en la noche del día de' la pantaná' de Tous, el 20 de octubre de 1982, en un partido de la Uefa.
Las expectativas, decíamos, eran mucho mayores porque antes de llegar al Valencia CF había sido un gran goleador. En Insbruck fue conocido como el ‘Rey del pepino’, por sus 32 goles en una temporada, todo lo contrario que en Mestalla. "Fallaba mucho en el juego aéreo porque saltaba y no tocaba el balón. Aunque era muy bueno técnicamente y muy buen compañero y profesional. Creo que tenía problemas de visión, porque una vez en la habitación del hotel lo vi buscando sus lentillas", recordó su excompañero Robert Fernández en una entrevista a este periódico en 2019. No fue el único. El centrocampista Tomás González también usaba lentes minúsculas para jugar.
Soy una persona positiva, veo el vaso medio lleno. Quizás nací diez años antes. Después de Bosman, todo cambió. Sin embargo, Hans Krankl en el Barcelona, Herbert Prohaska en el Inter y la Roma, y yo también, dejamos huella
Al Gent le siguió el Olympiakos Piraeus. En 1985 regresó a Innsbruck y su carrera terminó. El exvalencianista recuerda con optimismo su trayectoria global, tal como aseguró en las páginas de ‘Der Standard’. "Soy una persona positiva, veo el vaso medio lleno. Quizás nací diez años antes. Después de Bosman, todo cambió. Sin embargo, Hans Krankl en el Barcelona, Herbert Prohaska en el Inter y la Roma, y yo también, dejamos huella”, explicó el exfutbolista en su casa de Zillertal, en el Tirol, donde tiene una vista clara de las montañas “y del hielo eterno”.
Kurt Welz (y no Betsel, como pronunciaba Toni Lara en los resúmenes de Estudio Estadio) lleva 25 años casado con su segunda esposa, Andrea. Regenta su propio hotel en el Tirol y comparte con su mujer una tienda de moda en Wattens con el nombre de ‘Piccadilly, que es lo único que Wattens y Londres tienen en común. Su hija es farmacéutica.
El accidente doméstico
Dos cicatrices visibles en sus piernas no fueron producto del fútbol. Una rotura se la hizo jugando al hockey sobre hielo y la otra se debió a un accidente doméstico: “Mientras armaba una lámpara, la silla se desplomó debajo de mí”, explicó el exfutbolista al diario alemán. De vez en cuando, Kurt visita el Estadio Tivoli del Wacker Insbruck, donde es miembro del club de leyendas. "Yo estoy bien", dice Welzl ‘mientras mira hacia el cielo eterno’. "España es el paraíso", recuerda con nostalgia de su paso por el Valencia CF.
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