Entrevista
Jaume Domenech: "De pequeño jugaba de portero a escondidas"
El portero campeón de Copa de 2019 con el Valencia CF repasa momentos clave de su vida y recuerda detalles inéditos sobre la final de Copa del Centenario: "Todavía siento el tacto de aquel balón de Messi en mi mano izquierda"

J.M. López

Cuando atraviesas la puerta del garaje de Jaume Domenech (Almenara, 1990) y aparece el personaje, se disipa el miedo de tener una entrevista acartonada y demasiado previsible, con más razón cuando ya lleva varias el mismo día y le queda alguna más. Su casa, en el centro del pueblo, su pueblo, no es como las de los demás futbolistas, porque él no es como los demás. El hiper expresivo exportero del Valencia CF es un tipo sensible, lector diario y se emociona regresando a algunos momentos relevantes de su vida: a la era 'desl abuelets' donde se inició como portero en la niñez, a sus primeros pasos con Forment, al vestuario del Valencia CF o a la final de Copa y a la memorable parada que le hizo a Messi aquella noche en Sevilla en la que sintió tener 'superpoderes'. Aún siente el contacto de aquel 'chupinazo' de Messi en la mano izquierda, dice.
¿Cómo está?
Estoy muy feliz por todo el cariño, respeto y reconocimiento a los años que he estado vistiendo la camiseta del Valencia CF. He sido muy afortunado. Y como soy un loco del trabajo y del progreso constante, estoy con un preparador trabajando por las mañanas. No entiendo esta profesión de otra manera. Tengo muchas ganas de seguir compitiendo.
¿Qué hace en su tiempo libre?
Ahora en vacaciones, por la mañana entreno en el gimnasio y algunos días también hago velocidad en la terraza. Luego me pego un chapuzón en la piscina. Siempre suelo leer entre media hora y una hora por la mañana. Luego intento comer pronto, descanso un ratito, y voy a por los 'peques' a recogerlos. Si tienen actividades extradeportivas, los llevo y me vuelvo a casa. Me gusta compartir tiempo con mis hijos y mi mujer, sobre todo en vacaciones. El resto del año sacrifico mucho tiempo de la familia para estar juntos. Ahora intento compensarlo.
¿Cómo era Jaume de niño? ¿Era un niño muy movido?
Tampoco he cambiado mucho. Soy un tío nervioso, eso se ve a la legua, con mucha energía, muy pasional en todo lo que hago. Me involucro, me apasiono. Tiene sus virtudes y sus defectos. Sigo siendo así.
¿Cuál es la mayor trastada que hizo de niño?
He hecho muchas. La vida en los pueblos es muy diferente porque hacemos vida en la calle. Me gustaba mucho jugar al fútbol todas las tardes en la era 'dels abuelets'. Alguna vez rompimos algún cristal y nos fuimos corriendo. En general, fui un buen niño.

El guante que vestía Jaume Domenech en la mano izquierda en la final, con la que paró el disparo de Messi. / J.M. López
¿Cómo terminó usted siendo portero?
Cuando íbamos jugar a la era, de muy pequeñito ya me gustaba ponerme de portero, pero en mi casa no gustaba que me pusiera de portero. Cuando empecé a jugar en el equipo de Almenara, yo quería ponerme de portero. Cuando me dejaba mi madre o mi abuelo, y si se iban, le decía al entrenador que si me podía poner de portero. Lo que pasa es que no tenía guantes, era campo de tierra y me hacía daño en las manos. En aquella época mi padre hacía ciclismo y un día le cogí los guantes, que vienen cortados por los dedos pero me tapaban casi toda la mano. Me los escondía y me los llevaba a entrenar, y cuando me dejaban me los ponía. Hasta que un día el entrenador, era nada menos que Forment, le dijo a mi padre que se me daba bien la portería, y le dijo que me comprase unos guantes.
¿Le gusta ser portero por lo de la adrenalina?
Siempre me ha gustado ser portero por la responsabilidad esa de guardar, de ser el último hombre, el que guarda el tesoro. Se me ponen los pelos de punta al explicarlo. Es una sensación que no la puedes sentir con nada igual. Siento que esa responsabilidad, esa determinación que necesitas para ser portero, la llevo en las venas.
¿Cree en la suerte?
No. He tenido que luchar mucho cada día, contra viento y marea. Toda mi vida, sí, toda (se emociona). Tengo unas cuantas historias que contaremos más adelante. Creer en la suerte es como creer en algo que no depende de ti y yo prefiero creer en uno mismo, en el trabajo, en el sacrificio, en el compromiso, en los valores.
¿Y en Dios?
Sí, tengo fe. Creo en Dios, pero no en la suerte.

La camiseta con la que Jaume ganó la final de Copa de 2019, en su casa de Almenara. / López
¿Qué hubiese sido si no se hubiera dedicado al fútbol?
No lo sé, porque nunca me he planteado otra cosa que no fuera conseguir este objetivo.
¿Dónde le gustaría jugar ahora? ¿Qué tiene pensado?
Sí, quiero seguir, y sigo entrenándome a tope. Tú piensa que desde enero, desde que terminaba contrato, ya podría haber firmado con cualquier club. Pero la situación del Valencia CF era muy compleja, así que tanto mi agente como yo, sabiendo lo que yo significaba en ese momento para el vestuario, para el equipo, decidimos que no podía centrarme en tomar una decisión tan importante como mover a mi familia. Tomé la decisión de esperar, ya que mi único cometido era salvar al equipo, estaba cien por cien involucrado en eso, y conjuntamente con el club decidimos que en junio era el momento de terminar. Yo también quería terminar con una buena edad (34 años) para poder seguir con ambición, con muchas ganas de competir, y me siento muy preparado para hacerlo. A partir de ahora vamos a empezar a reflexionar, a ver donde más pueden necesitar a Jaume Domenech. Porque ya no solo es que me quieran, es donde yo que vea que puedan necesitar mi esencia, a un portero como soy yo. Tengo muchas ganas de aportar todo lo que he aprendido, todo lo que me han aportado el Valencia CF. Piensa que estar 10 años en un equipo de la exigencia del Valencia CF, te curte para todo. Me siento preparado para todo. Las he vivido de todos los colores.
¿Ha recibido alguna oferta? ¿Está más cerca de seguir en España o salir al extranjero?
No. Vamos a valorar cualquier proyecto. Valoraremos en conjunto, sea aquí o fuera.
¿Cuál es el balance general de su paso por el Valencia CF?
Muy positivo pese a que hemos vivido momentos difíciles. Hace dos temporadas, cuando llegó Rubén Baraja tuvimos una situación muy compleja y la solventamos. Esta temporada tuvimos una situación crítica. En diciembre éramos últimos, con 13 puntos, y nadie con esos puntos al final se la primera vuelta se había salvado. Yo creo que todo es aprendizaje. Te puedo decir eso negativo, pero también puedo decir que he jugado la Champions y que entonces nos clasificamos primeros de grupo; con el Valencia CF hemos ganado una Copa del Rey, hemos llegado a otra final de Copa, mos jugado semifinales de Europa League. En conjunto, con las dificultades incluidas, lo valoro muy positivo porque te prepara para todo.
¿Siempre asumió su papel?
Sí, yo nunca me he sentido suplente. Si hubiera tenido otra mentalidad, yo no puedo estar aquí 10 años. Siempre he sentido que mis compañeros me seguían. Yo he sentido una responsabilidad muy grande, yo no podía ir a Paterna y poner excusas ni tonterías. Yo he ido a dar lo mejor de mí cada día. ¿Hay que hace gimnasio? El primero. ¿Hay que hacer trabajo extra? El primero. Y punto. Creo que eso me ha definido para ser quien soy yo. Por eso tengo el cariño y el respeto de todo el mundo. Siento que en un equipo hay 25 jugadores. No puedes priorizar nunca lo individual a lo colectivo. Nunca vas a tener una carrera plena si tienes esa mentalidad. He visto a jugadores muy buenos que han ganado mucho dinero, títulos, y no han sido felices. La felicidad depende de uno mismo, de dar lo máximo de ti cada día.
Usted se sale del estereotipo del futbolista moderno.
Sí. Yo no creo en ese individualismo del futbolista. Creo que el fútbol va cada vez más a lo colectivo. Espero que vean que el éxito se puede conseguir viendo lo colectivo y no solo priorizando lo individual. Igual vale para el tenis, pero para fútbol, no.

Jaume, en su 'santuario' de su casa de Almenara. / J.M. López
¿Siente el cariño de la gente?
Sí, es increible. Yo voy por la calle y el cariño que siento de los valencianists es brutal. Yo sigo viviendo mi pueblo, de donde soy, de donde nací, y voy por la calle y todo el mundo me transmite mucho cariño, mucho respeto. Cuando voy a Valencia, todavía más gente. Estoy muy agradecido y al decírtelo se me ponen los pelos de punta.
¿Qué le ayuda a Jaume a gestionar la frustración?
En lo deportivo, Ochotorena fue clave. También lo ha sido el psicólogo Julio Figueroa, con el que he trabajado muchos años, desde que lo conocí en el filial y después siguió en el primer equipo con Nuno. He trabajado mucho externamente con él para poder superar situaciones como las lesiones. He trabajado mucho en el crecimiento personal. Para poder sobrellevar las dificultades y mantenerte en el alto rendimiento, es necesario.
Revélenos qué canción estaba escuchando al entrar al Benito Villamarín en la final de Copa de 2019
Era flamenquito. Lo que pasa es que algunos 'cabrones' del equipo se meten conmigo porque les gusta otro tipo de música. Me va la 'rumbita'.
Aquella mano de Jaume al disparo de Messi en el minuto 44 que hubiese supuesto el 2-1, con toda la segunda parte por delante, ¿es la parada más memorable de su vida?
La más determinante. Creo que he hecho mejores paradas, pero sí la más icónica, por supuesto.
¿Recuerda aún el contacto del balón en su mano?
Lo recuerdo. No se me olvidará nunca. Vi salir la pelota por debajo de las piernas, venía muy fuerte pero pude interceptarla.
Con la izquierda. ¿Es su mano buena?
Realmente mi mano buena es la derecha, pero cuando ya has entrenado tantos años ya no tienes mano buena y mano mala.
En la memoria del valencianismo quedara también (aparte de su figura subido al larguero emulando a Quique) su templanza en aquellos últimos 20 minutos después del gol. ¿No se le hizo muy grande la portería?
Uff, me sentí superpoderoso. Es una cosa inexplicable, pero cuando me lo pregunta la gente veo que sigo teniendo esa sensación dentro de mí. Recuerdo perfectamente como me sentía, era como tener superpoderes, como 'aquí no va a pasar la pelota'. Es algo que espero no se me borre nunca.
¿Marcelino ha sido el entrenador que más le ha dado?
Todos los entrenadores han conectado conmigo. Con algunos he congenido más deportivamente porque me han dado más minutos. El año que más jugué fue con Javi Gracia, unos 28 partidos; con Nuno, unos 'veintipico'. He jugado con todos, menos esta última temporada. Por el equipo y los resultados que se dieron, posiblemente con Marcelino pude mostrar mi mejor versión.

Algunos de los recuerdos de Jaume en su casa de Almenara. / J.M. López
‘Sé que me van a insultar, pero me da igual. Me arrodillo a ver si le paro un penalti a Messi'. Y lo paró.
Sí, la verdad es que me gustan los penaltis, los trabajo, y cada vez nos limitan más a los porteros, que ya no te puedes adelantar un poquito. Entonces son técnicas para que si tiene un 100 % de concentración te lance el penalti con 80 o 90, se trata de ganar algo de ventaja con respecto al lanzador, que la tiene casi toda.
Cuando Gayà dice el otro día que sin Jaume el equipo no habría salido adelante, Corberán estaba detrás asintiendo. Usted dijo que había visto llorar a compañeros suyos en diciembre pasado.
- Sí, vi llorar a pesos pesados. Yo simplemente les he hecho ver cada día que éramos mucho mejores, infinitamente mejores, que lo que reflejaban los resultados. Cuando tú vas último, la presión que te somete este club, te hace bloquearte, y estábamos en ese proceso. Éramos mejores de lo que parecía. Yo no podía mostrar la mínima duda. Y lo que valoran en el vestuario es eso, que nunca dudé, siempre fui a trabajar cada día con lo mismo, les levantaba, les ayudaba, les decía ‘tú puedes, tú puedes’ (levanta la voz mientras se pega con el puño en una mano).
Ha hecho mucho de psicólogo
Me dejaba la piel porque creía en lo que estaba haciendo, entonces eso arrastra a los demás. Si tú estás trabajando a tope, sí tú haces las cosas 6 veces y otro lo hace 12… Si das el 200 %, el que viene por detrás tiene que dar lo mismo, no queda más. Eso fue uniendo a la gente, por eso me tienen tanto cariño, porque nunca he priorizado lo individual a lo colectivo, nunca. Si lo hace un jugador que tiene una trayectoria y ha conseguido cosas, muestra el camino a los demás.
La gran mayoría del valencianismo no quiere a Peter Lim. ¿Qué tiene que decir Jaume?
Nunca he tenido la oportunidad de hablar sobre eso, pero la verdad es que te puedo decir lo que yo he hecho en momentos de dificultad, de inestabilidad: cohesionar al grupo, intentar que el ruido exterior afectara lo menos posible a mis compañeros. Como capitán, igual que los otros capitanes hemos hecho, y creo que se ha conseguido, es darle la vuelta a la situación en los momentos difíciles.
¿Pero qué opina de la gestión de Lim?
Yo soy futbolista, y nosotros no podemos entrar en cosas ajenas a lo nuestro.
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