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La ronda española

La Vuelta sobrevive en una Valladolid fortificada

Ganna vence en una contrarreloj recortada a 12 kilómetros, que se disputó entre pacíficos manifestantes por Palestina y donde Almeida recortó 10 segundos a Vingegaard.

Filippo Ganna, vencedor en Valladolid.

Filippo Ganna, vencedor en Valladolid. / LA VUELTA

Sergi López-Egea

Sergi López-Egea

Valladolid (enviado especial)

El ciclismo es el deporte del pueblo. El espectáculo gratuito, donde nunca se empuja a un corredor rival y se animan a todos los participantes, lejos del país donde han nacido y el ‘maillot’ que visten, salvo que lleve la inscripción de Israel, nombre que este jueves recuperó el conjunto que ha puesto patas arriba a la Vuelta en una contrarreloj blindada, en una Valladolid fortificada donde en lo deportivo ganó Filippo Ganna y Joâo Almeida recuperó 10 segundos a Jonas Vingegaard, con 40 segundos que resultarán cortos en caso de una crisis hacia la Bola del Mundo, si la carrera se disputa el sábado sin cambios.

A las 11 de la mañana las emisoras locales informaban que era imposible acceder al centro de la ciudad en transporte público y los conductores de autobuses se quejaban de que les habían cambiado el recorrido, como a los ciclistas, que conocieron en la noche del miércoles que se reducía de 27 a 12,2 kilómetros la distancia de la contrarreloj por cuestiones de seguridad.

Las protestas por la presencia del Israel-Premier Tech fueron una constante durante toda la contrarreloj. Diversos grupos de activistas se repartían por Valladolid, pero siempre bajo la extrema vigilancia de antidisturbios de la Policía Nacional, reforzados por los de la Guardia Civil en otros extremos de la ciudad.

Jonas Vingegaard, durante la contrarreloj.

Jonas Vingegaard, durante la contrarreloj. / VISMA TEAM

Sin embargo, apenas hubo incidentes, salvo un par de manifestantes que fueron detenidos al tratar de saltar las vallas durante el paso de un corredor del Israel. Este equipo era el único que contaba con protección policial específica en el aparcamiento donde se agrupaba todo el parque automovilístico de las escuadras, algo que también es habitual desde que empezó la carrera en Turín.

La Vuelta salvó una de las etapas más difíciles, aunque se tuviera que sacrificar la competición deportiva. Si Almeida le quitó 10 segundos a Vingegaard en 12 kilómetros, no se sabrá qué habría ocurrido en 27. Quizás el corredor portugués hubiera tenido una oportunidad de oro para arrebatarle el jersey rojo a un Vingegaard que parece -sólo parece- más agotado de la cuenta. “No he estado en mi mejor forma estos últimos días, pero tengo mucha confianza. En la contrarreloj me he sentido muy seguro en el recorrido que hice tres veces antes, y luego de forma virtual. Era muy explosivo, más largo hubiera contado más la resistencia”, defendió el corredor danés.

La clasificación de la etapa.

La clasificación de la etapa. / LA VUELTA

No había vallas suficientes para 27 kilómetros, ni seguramente efectivos policiales. La consigna es llegar a Madrid a toda costa, sin poner obstáculos a los manifestantes por Palestina, pero garantizando la seguridad de la carrera. Preocupa la subida a la Bola del Mundo y, sobre todo, el recorrido urbano por Madrid donde se garantiza que no se verán huecos en las vallas de tantos policías desplazados.

La mirada en Palestina

El Israel ha alterado la Vuelta y ha puesto más la mirada en Palestina que en Madrid y en las gestas de los corredores con un público que no los quería en la carrera. Ni siquiera el Gobierno del país ha apoyado su presencia en la prueba. Pilar Alegría, ministra de Deportes, abogó por la expulsión no sólo del Israel de la Vuelta, sino de todas las selecciones que representan a este país en las competiciones internacionales. “Seríamos partidarios que se adoptara ahora con Israel la misma decisión que se tomó con Rusia en 2022”, dijo la ministra y portavoz del Gobierno en TVE.

La general.

La general. / LA VUELTA

Sin embargo, el Israel, que hace una semana informó que se retiraba el nombre del país del ‘maillot’, lo recuperó este jueves en el buzo de contrarreloj, posiblemente porque no tenían uniformes con la única denominación de Premier Tech.

Lucha hasta el final

Con una contrarreloj coja, tensionada, reflejo otra vez del descontento popular por el genocidio en Gaza, la Vuelta superó otro obstáculo ante manifestantes que se pronunciaron de forma pacífica.

En el deporte del pueblo no quedó otra que superar barreras contrarias a la filosofía del ciclismo. La Vuelta no tenía otra opción. En lo deportivo, se mantiene la lucha entre el primero y el segundo de la general hasta las puertas de Madrid.

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