Rafa Herrero, Sagunt

El colegiado destaca que «no nos había dado tiempo de calentar, cuando se me tiró encima como un tigre propinándome una patada de karate en la boca y luego, cuando caía al suelo, otro puñetazo en el mismo punto». Las consecuencias de este ataque fueron la rotura de la prótesis dental, además de múltiples heridas internas que le hicieron sangrar abundantemente por la boca y la nariz.

Castellar asegura que «después de más de 3.000 partidos arbitrados, nunca me había sucedido nada parecido. La verdad es que en el momento me asusté bastante y aún estoy algo tocado psicológicamente, aunque cuando me recupere volveré a arbitrar porque es una afición que un loco no me va a quitar».

Además de la sorpresa por la violencia mostrada por su agresor, el árbitro quiere destacar que «la reacción del resto de jugadores fue ejemplar». En este sentido, especialmente loable fue la actitud de Vicente Alós, compañero de equipo del supuesto agresor, quien estuvo con el colegiado en los vestuarios para hacer una primera cura de emergencia y posteriormente le acompañó al Centro de Salud del Port de Sagunt, donde le remitieron a un especialista maxilofacial.

Tras estas primeras medidas, Castellar se dirigió a la comisaría de la Policía Nacional en Sagunt para presentar una denuncia, ya que «a gente como ésta hay que apartarla del deporte y de la sociedad, porque enturbian la seriedad y disciplina de los demás», asegura el árbitro. Castellar, que ya ha pasado por el Hospital Clínico y por la Fe, aseguraba ayer que «me duele bastante la boca, aunque en las pruebas que me han realizado no ha aparecido ninguna fractura ósea».

Los árbitros que dirigen el campeonato municipal de fútbol 7 se reunieron tras la agresión y decidieron acabar la jornada, por lo que los partidos del fin de semana se disputaron con normalidad. Sin embargo, desde ayer y como señal de protesta se ha suspendido una competición que se retomará el próximo año. Sobre las medidas disciplinarias el presunto agresor, la organización de este torneo ha emitido un primer fallo de urgencia que impide al presunto agresor participar en cualquier competición municipal, aunque la sanción se tendrá que quedar en un máximo de 7 años.