El sector cerámico español trabaja «para cambiar el modelo productivo», ha asegurado el presidente de la patronal azulejera Ascer, Vicente Nomdedeu, en un reciente encuentro que ha mantenido en Madrid con los medios de comunicación nacionales para mostrarles la realidad del sector, los últimos datos y su importancia en la economía tanto regional como nacional.

«No podemos seguir con el gas», subrayó. Pero, de momento, el sector deberá seguir consumiendo gas, porque se trata de un proyecto a largo plazo. «No hay fechas», dice. Pero sí que existe la conciencia de que hay que hallar nuevos modos de fabricar las baldosas cerámicas para hacer frente a los productos sustitutivos, como los plásticos, la madera y la moqueta: «Todavía estamos muy lejos y no sabemos con qué vamos a sustituir el gas». Y reconoce que, aunque la posibilidad de los hornos microondas se ha barajado en diversas ocasiones, «de momento sirven para cocer 100 metros, pero no para nuestra producción que suma 530 millones de metros cuadrados».

La energía solar tampoco puede, hoy por hoy, asumir las necesidades energéticas de una planta de producción y su aportación sigue siendo pequeña.

En este sentido, la responsable de Operaciones de Elektrosol, firma especializada en el desarrollo e instalación de plantas fotovoltaicas, Victoria Rodrigo, asegura que, normalmente, y aunque sean muy grandes las cubiertas de las azulejeras, no hay espacio suficiente para generar la enorme cantidad de energía que necesitan estas fábricas. Entonces, dependiendo de los espacios, nos podemos quedar entre un ?? por ciento y un ?? ? para una empresa media, mientras que para las grandes azulejeras, aún usando toda la cubierta, generalmente nos quedaremos por debajo del ?? ?». En cualquier caso, Rodrigo subraya que el ?? ? «de una demanda tan enorme, como es la de una industria cerámica, es un aporte energético y un ahorro económico muy importante».

El precio de la energía

La creciente factura energética lastra la competitividad y, por lo tanto el crecimiento, del sector azulejero español.

Según los datos divulgados por Ascer, la energía supone para la industria productora de pavimentos y revestimientos cerámicos un 13,3 % del valor de las ventas, por lo que las variaciones de precio tienen una alta incidencia en el coste final del material, y consecuencia directa en la competitividad del sector puesto que el 75 % de las ventas se hacen en los mercados internacionales, donde se compite con otros países productores.

«En el último año, la factura de gas natural en el sector alcanzó los 364 millones de euros, con un incremento con respecto al año anterior de un 14 %. Parte de esa factura tiene su origen en los peajes, los costes regulados del gas, que en la actualidad superan en un 45 % la media europea», explica Nomdedeu, quien subraya que España es el país de Unión Europea que paga el gas «más caro».

Vicente Nomdedeu destaca que es «imprescindible un ajuste de la retribución al transporte y distribución del gas que implica una fuerte merma de competitividad de sectores industriales exportadores como el nuestro. Es necesario además desarrollar un estatuto de consumidores de gas intensivos que respalde al tejido industrial español».

Para compensar estos costes, el sector azulejero ha realizado grandes esfuerzos para mejorar su proceso y su eficiencia energética, destacando el papel que la cogeneración de alta eficiencia, con 28 plantas de cogeneración instaladas.

Sobre este aspecto, el presidente de Ascer recuerda que, a pesar de la eficiencia de la cogeneración y el beneficio que aporta a la industria, «el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 incluye una reducción de la potencia instalada en España, algo incompatible con las políticas de eficiencia que promueve la Unión Europea».

Además, ha señalado que el Gobierno debe plantear un marco regulatorio que aporte certidumbre y seguridad para permitir planificar la actividad industrial y las plantas de cogeneración que terminan su vida útil.

En este sentido, el presidente de la patronal azulejera Ascer asegura que el cierre de las plantas de cogeneración significaría un aumento de la factura energética del sector azulejero en 50 millones de euros y, por lo tanto, con una importante pérdida de competitividad frente a sus competidores.