El balance de las exportaciones españolas de pavimentos y revestimientos cerámicos en 2019 ha superado, aunque ligeramente, las previsiones más optimistas de la patronal Ascer que cifraba el incremento de las ventas internacionales en un 3 %, mientras que los datos definitivos del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo elevan ese crecimiento hasta el 3,4 % y suma unas ventas por valor de 2.818 millones de euros, 18 millones por encima de los datos que manejaba la asociación de fabricantes azulejeros.
De los 2.818 millones de euros facturados, 2.700 corresponden a la venta realizadas por las empresas ubicadas en la Comunitat Valenciana, y de esos, 2.590 millones de euros han sido recaudados por las empresas del clúster cerámico de Castelló, en el que se agrupo cerca de 95 % de la producción nacional. La suma de Alicante no alcanza los 35 millones de euros, y la de la provincia de Valencia roza los 75 millones de euros.
Por países, el top five está formado por Francia, Estados Unidos, Reino Unido, Italia y Marruecos. Todos ellos crecen, y el que lo hace de manera más significativa es Estados Unidos, que crece un 17,4 % y suma compras por valor de 304,6 millones de euros, pisando los talones a Francis, que se mantiene a la cabeza con un incremento del 8,1 % y compras por valor de 321,5 millones de euros. El Brexit parece no haber afectado a la compra de Tile of Spain y crece un 6,3 % con unas compras globales de 176,7 millones de euros.
Italia ha comprado cerámica española por valor de 110,4 millones de euros con un crecimiento del 3,5 %, y Marruecos ha registrado un incremento del 14,5 % y roza una facturación de 104 millones de euros.
Ventas totales
Las ventas totales del sector en 2019, a falta de tener los datos definitivos del mercado doméstico, que según las previsiones de Ascer podría haberse incrementado en torno al 8 % y sumar una facturación de 940 millones de euros; podrían cerrarse con un crecimiento superior al 4 % y alcanzar los 3.758 millones euros. Del total de ventas, tres cuartas partes son exportaciones a 188 países. La exportación, que supone el 75% de las ventas totales del sector, sigue creciendo «pese a la ingente cantidad de barreras comerciales y obstáculos al comercio que encuentran las empresas a la hora de vender sus productos en determinados mercados», según señaló recientemente el presidente de Ascer, Vicente Nomdedeu, quien también subrayó que España «es el primer exportador en volumen de la Unión Europea y el segundo a nivel mundial». Según Nomdedeu: «no hay que perder de vista que vivimos en un entorno global en el que siempre surgen incertidumbres. El aumento general del proteccionismo, los conflictos comerciales sin resolver, las dudas sobre el Brexit o los problemas en las economías de mercados clave son factores que limitan nuestra capacidad exportadora».
Sobre las previsiones para 2020, Nomdedeu ha mostrado prudencia debido las numerosas incógnitas que acechan mercados estratégicos para Tile of Spain, Nomdedeu ha afirmado que el sector «es una industria de y con futuro. Cada vez más países tienen producción local. El producto español sigue demostrando su competitividad y creciendo en mercados importantes».
Plan Estatal de Industria
Entre los principales retos que el sector tendrá que hacer frente en 2020, Nomdedeu insiste en la necesidad de contar con un Plan Estatal de Industria, «vemos con gran preocupación cómo la industria pierde peso en el PIB en la Unión Europea. Si queremos alcanzar el objetivo de industrialización de Europa fijado en el 20% del PIB, es necesario el desarrollo de un pacto de Estado por la industria, que apoye al tejido industrial, que reduzca las trabas que encontramos en el desarrollo de nuestra labor diaria, que impulse la competitividad y que respalde la inversión en innovación».
Nomdedeu ha hecho especial hincapié en la problemática referida a las crecientes barreras al comercio. «Una de nuestras mayores preocupaciones es el auge del proteccionismo. Es raro el mes en el que no detectamos una nueva barrera comercial u obstáculo al comercio». También resalta la necesidad de contar con un marco estable regulatorio, con costes de energía ajustados e infraestructuras adecuadas para poder colocar el producto en los mercados internacionales.
