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La industria cerámica entra de lleno en la economía circular

Empresas como Keraben, Fritta, Tau, Pamesa o Colorobbia, entre otras muchas, colaboran en las iniciativas desarrolladas por el instituto ITC con proyectos como Eros y EcoFILLink

La industria cerámica entra de lleno en la economía circular

La industria cerámica mantiene abiertas importantes líneas de trabajo e investigación con el fin de desarrollar un modelo de producción sostenible basado en la economía circular, dentro de los objetivos de la Agenda 2030 de la Unión Europea. Se trata de los proyectos Eros y EcoFILLink, dos iniciativas que aglutinan el trabajo de destacadas firmas del clúster cerámico castellonense y a los expertos de diversos centros de investigación.

Keraben Grupo y Fritta unen fuerzas en el proyecto Eros, una iniciativa que tiene como objetivo la reutilización de materiales del sector eólico y aeronáutico y su reintroducción al ciclo productivo como materia prima en la industria cerámica y el sector del transporte. Las tecnologías desarrolladas y los resultados esperados del proyecto impactarán de forma positiva tanto en la eficiencia y competitividad industrial de los sectores objetivo, como en la sostenibilidad ambiental, mediante una mejor gestión de los residuos y los recursos materiales y energéticos. Las dos empresas forman parte de un consorcio de investigación en el que también participan las firmas Reciclalia y Sofitec, así como los centros de investigación Instituto de Tecnología Cerámica (ITC) y Aimplas.

Keraben Grupo y Fritta, dos de las empresas más punteras de la industria cerámica española, una especializada en la fabricación de pavimentos y revestimientos cerámicos, y la otra en la fabricación de fritas, esmaltes y colores cerámicos, dan un paso firme así en su apuesta a la transición industrial del conjunto del sector, apostando por un paradigma más eficiente en la utilización de recursos y materias primas, la neutralidad en las emisiones, la recirculación de insumos, y la modernización de la producción. Un esfuerzo que está enfocado hacia la consecución de una economía circular y sostenible.

El proyecto ha sido financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, dentro de la convocatoria ‘Retos Colaboración 2019’, con número de expediente RTC2019-007206-5, y se enmarca en el Reto 5: Acción sobre el cambio climático y eficiencia en la utilización de recursos y materias primas.

Para lograr este objetivo, el proyecto Eros parte del reciclaje de palas eólicas y residuos procedentes del sector aeronáutico para ser transformados y utilizados en otros sectores como la industria cerámica, concretamente en los propios soportes de las baldosas cerámicas, y los elementos que componen sus superficies, tales como esmaltes, fritas cerámicas y tintas para la decoración. Estos residuos también se transformarán, aplicando los principios de la economía circular para ser reutilizados como recursos en el sector del transporte.

De esta manera, el proyecto Eros pretende reducir el consumo de recursos fósiles manteniendo la sostenibilidad a largo plazo en la cadena de suministro, y además suprime el impacto negativo que dejan estos materiales en el entorno al final de su vida útil.

Dentro de esta acción de I+D+i, la labor del ITC, que finalizará en el año 2022, es colaborar con las empresas del sector definir los requerimientos de los materiales reciclados a introducir en el proceso de fabricación de baldosas cerámicas (soportes, esmaltes, fritas…) y posterior caracterización; desarrollar y caracterizar los nuevos materiales cerámicos sostenibles; establecer una metodología de fabricación de baldosas cerámicas empleando fibra de vidrio como fundente y la fabricación de demostradores para validar las soluciones desarrolladas.

Desde el consorcio que se encarga de la investigación, recuerdan que «el cambio climático y la demanda creciente de energías limpias y medios de transporte sostenibles y eficientes lideran la fabricación de nuevas estructuras ligeras basadas en composites (resina termoestable y fibra de vidrio o de carbono). Sin embargo, el tejido industrial, no solo español, sino europeo, debe afrontar un reto urgente para mantener su liderazgo en sectores estratégicos como el transporte, la energía eólica o la construcción». «Este reto no es otro que encontrar una forma eficiente de reciclar los composites porque, de otra forma, la elevada producción de estos residuos a escala global, su consideración de residuos peligrosos y sus largos periodos de descomposición, cercanos a los mil años, pueden comprometer la sostenibilidad de todo el mercado», han remarcado.

Decoración

Por su parte, en el proyecto EcoFILLink participan Pamesa Cerámica, Cottocer, Compacglass, Keramex, TAU Porcelánico, Colorobbia España, Ravi iniciativas medioambientales, Rolplas, Acteco productos y servicios, Alcion Packaging Solutions y Plastire. A todas ellas se suman una vez más el Instituto de Tecnología Cerámica (ITC) y Aimplas. El objetivo del proyecto es reducir el impacto ambiental generado por los envases de tintas inkjet utilizados para la decoración digital de baldosas cerámicas.

Actualmente, los residuos de envases de plástico contaminado con tintas inkjet alcanzan las 500 toneladas anuales con un volumen de 10.650 m3, siendo el reciclaje de estos un problema por la complejidad y suciedad que desprenden al contacto con el agua, ya que en sus paredes internas se queda adherido el 5% de tintas, lo que se traduce en pérdidas de 3,6 millones de euros anuales.

El proyecto EcoFILLink trata de implementar estrategias de ecodiseño en los envases y en la gestión de sus residuos, alineadas de nuevo con los planteamientos de la economía circular.

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