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El corredor mediterráneo

E l 29 de mayo, hace cuatro días, Julio Gómez Pomar, Secretario de Estado del Ministerio de Fomento en funciones, decía en un desayuno organizado en Barcelona por un periódico económico, que en el 2023 el Corredor Mediterráneo estaría en funcionamiento (dejo para otra ocasión un análisis de este corredor). Si esa fecha es cierta -yo no pongo la mano en el fuego- tendremos que preguntarnos dónde, en la Comunitat Valenciana, se van a subir y bajar las mercancías.

Está el asunto mucho más claro en el caso de los viajeros pero en lo que atañe a las mercancías no ha habido una auténtica determinación hasta que Aurelio Martínez y Francesc Sánchez tomaron las riendas de la Autoridad Portuaria de València (APV). Fuera del ámbito estrictamente portuario solo tenemos una terminal en la Comunitat Valenciana que esté realmente operativa y es la de Silla. Esta terminal está muy condicionada por su ubicación en un área prácticamente urbana y tiene grandes limitaciones para manejar determinadas mercancías.

Proyecto Fuente San Luis

La alternativa a la estación para el ferrocarril que ya existe en Silla, además de las terminales ferroviarias que se encuentran dentro de las terminales marítimas, es Fuente San Luis. Hoy en día es la única terminal que tiene capacidad por ubicación, tamaño y dotación de playas de vías para convertirse en la gran terminal intermodal marítimo - terrestre ferroviaria de la Comunitat en el Corredor Mediterráneo.

Llevamos años de negociaciones entre el Gobierno Central y la Generalitat para lanzar el proyecto de Fuente San Luis. Es cierto que el equipo actual de la APV, una vez más asumiendo que le supondrá inversión (es el precio para que las cosas se hagan), está decidido a darle un empujón. Me consta que la Conselleria de Infraestructuras y el ente público estatal ADIF también están alineados con el proyecto. Entonces la pregunta es: si todos los actores están por la labor, ¿cuál es el problema? La respuesta es: el plazo. Si en el año 2023 el Corredor está terminado y la Comunitat Valenciana no tiene, al menos, una gran terminal intermodal, veremos pasar los trenes pero no les veremos parar porque no tendrán dónde hacerlo.

Les sugiero que vuelvan a ver Bienvenido, Míster Marshall y se darán cuenta de lo triste que es crear una ilusión colectiva, prepararse para algo y que luego pase de largo. Espero que, en esta ocasión, no sea así y confío en la firme voluntad de las personas que tienen la responsabilidad de convertir Fuente San Luis en la gran terminal intermodal de mercancías para dar servicio a la economía de la Comunitat Valenciana.

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