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Las empresas de gas natural desembarcan en las terminales

Molgas Energía solicita instalarse en el Puerto de València mientras el GNL gana terreno como fuente de energía para buques en sustitución del petróleo

Las empresas de gas natural desembarcan en las terminales Vicens Gimenez

Las empresas de suministros de gas natural licuado (GNL) desembarcan en las terminales portuarias. Molgas Energy -corporación con cuartel general en Madrid y negocios en cinco puertos españoles- tiene previsto ahora abrir su primera instalación en el recinto del Grao ante el crecimiento de esta fuente de energía que reduce emisiones de CO2 y recorta gastos de explotación a las navieras en las escalas de sus buques al pagar tarifas inferiores.

La Autoridad Portuaria de València (APV), presidida por Aurelio Martínez, acaba de aprobar la concesión de Molgas Energía para instalar una estación -cuya inversión económica no ha concretado- en el muelle de Costa. El posicionamiento de las empresas del sector se produce mientras Naturgy (la antigua Gas Natural Fenosa) y Baleària ya están realizando las primeras cargas de gas natural licuado en el ferry Abel Matutes,que conectará Mallorca con la capital del Túria durante este verano.

El proyecto de Baleària -del que resultarán especialmente beneficiados los puertos que reciban el buque- consiste en la instalación de un motor a gas auxiliar (que es el que se activa en los puertos y permite la anulación de gases de derivados del petróleo) y un tanque de 30.000 metros cúbicos (con una autonomía para una semana) en una cubierta del buque.

La iniciativa de Baleària podría arrastrar ahora a otras compañías que operan en alguno de los tres recintos, donde en 2017 escalaron 7.500 buques, según constata el último anuario estadístico de la APV. Queda por tanto un largo camino por recorrer.

El negocio del transporte es uno de los sectores clave para mitigar el calentamiento global, ya que es uno de los más contaminan y un gran emisor de dióxido de carbono. En este sentido, el gas natural licuado para barcos y transporte pesado, está llamado a ser el combustible del futuro en el transporte debido a sus múltiples ventajas. Además, la Organización Marítima Internacional acaba de acordar que el transporte marítimo internacional debe, como mínimo, disminuir a la mitad sus emisiones para el año 2050, si bien no ha establecido medidas concretas para lograrlo pese a que el sector gasístico y las administraciones públicas promueven el GNL como la solución que descarbonizará la industria naviera.

Estructuras necesarias

Un estudio realizado por la consultoría UMA para la federación europea Transport & Environment, de la que forman parte Ecologistas en Acción, Ecodes y Ecounion, indica que las estructuras necesarias para sustituir el transporte marítimo de diésel por GNL costarían a Europa unos 20.000 millones de euros y se reducirían un 6 % las emisiones de gases de efecto invernadero en el citado año 2050. Europa ha gastado ya 500 millones de dólares en infraestructuras de GNL para alimentar sus barcos.

En la actualidad ya existen áreas de control de emisiones del transporte marítimo en el Báltico y en el Mar del Norte, pero no así en el Mediterráneo. Y eso que la Directiva Europea de las Infraestructuras de Combustibles Alternativos requiere que sus Estados construyan una extensa red de infraestructuras de GNL por todos sus puertos.

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