Sin duda, una de las grandes potencialidades de nuestro territorio, siempre valorada, es su privilegiada localización entre las grandes rutas internaciones del Mediterráneo. Este emplazamiento, junto al dinamismo empresarial, explica la histórica vinculación de nuestro tejido productivo con actividades ligadas al comercio exterior que ha hecho posible que hoy en día sean nuestras empresas exportadoras las que contribuyen a reducir el déficit de la balanza comercial del país. También explica que los puertos de la Comunitat Valenciana, con su excelente conectividad mundial y su apuesta por la calidad servicios y conexiones viarias y ferroviarias con su hinterland, canalicen ya más del 40% del comercio exterior español.
Nuestros puertos estimulan la economía en sus entornos próximos y no tan próximos y son, a su vez, un buen barómetro para evaluar el dinamismo de las empresas y de la economía. Además, su actividad genera un impacto económico y social que la Autoridad Portuaria de Valencia (APV), en colaboración con la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), han estudiado y recogido en el informe Impacto Económico Global de los Puertos de la APV 2016 que se ha presentado esta semana.
El informe ofrece datos interesantes. En un entorno de crecimiento económico generalizado como fueron los años 2015-2016, la actividad global de la comunidad portuaria crece a tasas elevadas. La dinámica de los puertos hace posible un incremento del empleo, de los salarios brutos y un incremento, aunque más moderado, de los beneficios empresariales. El sector público en este contexto positivo también se ve beneficiado por un incremento de sus ingresos fiscales.
Los puertos de la APV no sólo tienen efectos directos positivos, si no que los efectos indirectos e inducidos para las diferentes empresas y agentes que ejercen su actividad en el recinto portuario, amplían el perímetro de la repercusión económica hasta alcanzar, por el ejemplo, el 2,1% del empleo de la Comunitat Valenciana y el 2,4% de su PIB regional.
El Puerto de Valencia es el primer puerto del Mediterráneo en tráfico de contenedores y quinto de Europa y los puertos de Castellón y Alicante ocupan el séptimo y noveno puesto en el ranking nacional. Esto supone una importante ventaja competitiva para las empresas de la Comunitat Valenciana y también para las empresas de su amplia área de influencia.
Una ventaja competitiva que hay que seguir manteniendo en un momento en que las exigencias de la globalización obligan a continuar apostando e invirtiendo en esta infraestructura, en su gestión e innovación, en la apertura de nuevos mercados? en todos los ámbitos.
